jueves, 11 de marzo de 2010

Aquellos tiempos fríos

Mientras sentía por primera vez sus labios oía las llantas de los carros sobre el pavimento callando la música de fondo: shh shhh shhhh. Siempre le pareció increíble que luego de cada encuentro fuera necesario quedarse con su buzo. No sabía por qué pero cuanto más cerca estaban, más gotas de agua caían del cielo y más frio sobre su piel.

La última vez, los ríos de agua corrían por las calles; pero justo antes de la despedida hubo un abrupto cese de aquel liquido. Llegaron los tiempos secos, pensó...

Hacía ya meses que no veía sus ojos. Esta vez se miraron fijamente mientras él contaba anécdotas pasadas y pensamientos, ella seguía conectada con su mirada pero no con sus palabras, volvía a sentir un poco del filling que caracterizó sus conversaciones; miró una lámpara a contra luz y se encontró con unas suaves gotas que bajaban del cielo, esa suave brisa le alcanzó a dar la sensación de frio, sólo la sensación.

Antes de decir adios estiró su mano casi instintivamente, como antes, pero esta vez no encontró la de él. Ya decía el pronóstico del tiempo que la sequia sería larga, no pensó que tanto.

Andrea Arango Gutiérrez

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