viernes, 26 de diciembre de 2008

Manifiesto de inconformes

Nunca como hoy nos hizo menos falta el
Estado, así como nunca nos ha tiranizado tanto…
La falsa idea de que el Estado existe para
protegernos se ha desintegrado mil veces.


Henry Miller

Foto: Jonny Alejandro Alzate

Henry David Thoureau y Mahatma Gandhi fueron desobedientes civiles en forma pacífica a los estados de su época. Pero en la actualidad el Estado ha perfeccionado sus formas de coerción, lo que ha hecho más difícil el manifiesto de los inconformes y las expresiones de disgusto por la injusticia. La dicotomía entre el Estado, con todo su aparato militar, y la minoría que denuncia, es resuelta por la opinión pública, esta es la juez; pero si dentro de la perfección estatal se encuentra el dominio de los medios de comunicación, creadores de opinión, se imposibilita aun más la acción desobediente y los avances en busca de justicia son cada vez más dificiles y lentos.

Es necesaria entonces, ya no una desobediencia civil pacífica, sino una no-violenta; es decir, darle a conocer el conflicto a la comunidad en la plaza pública, pues con los medios de comunicación no se podrá contar. Por medio de agresividad, lucha y fuerza se puede lograr una opinión pública favorable, en donde se convenza que el fin y los medios son justos, pues el Estado es injusto. El uso de la fuerza debe ser bien dirigido y sin pretender darle muerte a nadie, reconociendo al adversario como un actor político, con el que se buscó dialogo antes de acudir a la agresividad y luego del conflicto se buscará consenso, ya con la opinión pública a favor.

La violencia tiene como fin el exterminio del contario y no se podrá justificar jamás, pues ella misma es injusta. Por eso se habla de desobediencia civil no-violenta.

Afortunadamente los gobiernos actuales se autoproclaman democráticos y se ven en la obligación, en alguna medida, de respetar y garantizar la protesta o muestras de inconformismo; ¿cómo serian nuestras sociedades si no se llamaran a sí mismas democráticas entones?

Andrea Arango Gutiérrez

viernes, 19 de diciembre de 2008

El deber cívico de desobedecer

Éstas – las sociedades- se forman y se transforman
precisamente en la confrontación, la colisión
y el choque de prácticas e ideas.

María Teresa Uribe de Hincapié
En una democracia el poder nace en el pueblo y para efectos prácticos la representación es empleada, la cual es elegida por las mayorías. Es necesario que la voz y actos de las minorías sea escuchada, debatida y confrontada, y si lograra convencer, debe ser incorporada en el gobierno de turno (las minorías, aquí dichas, pueden ser mejor llamadas oposición). Logrando así una mayor cobertura del pronunciamiento de la sociedad.
Por un lado, al gobierno permitir y garantizar las expresiones de la oposición por medio de actos y palabras gana legitimidad, es decir, demuestra que su actuar es conforme a la ley y deja ver su fortaleza ante la opinión pública; y por otro lado, el ciudadano inconforme o indignado con el actuar del poder da muestra de su virtud como ciudadano al manifestarse en contra y denunciar fallas e inconsistencias o al hacer explicito que otra forma de gobierno podría ser más justa. El verdadero ciudadano es parte activa de las decisiones políticas que luego él y su comunidad deberán acatar; ya que si no fuese así, tendría todo el derecho a no obedecer; ante una ley que el pueblo eligió como justa no hay razón para desobedecer, pero en una situación contraria es deber cívico la desobediencia. En la verdadera democracia es menester acatar las decisiones de los ciudadanos e impulsar el pronunciamiento de las minorías. “Incluso votar por lo justo es no hacer nada por ello… El hombre prudente no dejará lo justo a merced del azar ni deseará que prevalezca gracias al poder de la mayoría” [i]
En un orden establecido injusto, la resistencia pacífica es una alternativa que requiere del actuar conjunto de la sociedad inconforme, un actuar inteligente que conduzca al cambio; en donde se haga manifiesta la separación radical de la sociedad que quiere justicia y el gobierno que legaliza la injusticia.
En la realidad el ciudadano virtuoso es el obediente de lo legal, sin cuestionar que tan justo sea.

Gandhi, abogado, tenía clara conciencia de que el buen ciudadano debía obedecer
las buenas leyes que protegen los derechos de los más pobres contra los más
poderosos. Pero, desafortunadamente, las leyes son, generalmente, elaboradas por
los poderosos y no es raro que ellas tengan por función la defensa de sus
privilegios. El ciudadano responsable debe desobedecer las leyes injustas. Lo
que fundamenta la ciudadanía no es la disciplina, sino la responsabilidad. Ser
responsable es aprender a juzgar la ley antes que obedecerla. La obligación de
la ley no debe borrar la responsabilidad de la conciencia de los ciudadanos. Es
una equivocación implantada por las ideologías dominantes la conversión de la
obediencia en virtud.[ii]

Es un deber el desobedecer lo injusto y exigir cambios para mejorar y enriquecer el gobierno; para que represente en realidad los intereses de todos y dejarles a las generaciones futuras una sociedad mejor. Es obligación velar por el contenido justo de la ley que nos rige.
Andrea Arango Gutiérrez
[i] THOREAU, Henry David. Del deber de la desobediencia civil, Medellín: Editorial Pi, editor Álvaro Lobo, 2008, p.25.
[ii] MULLER, Jean-Marie. La no-violencia como filosofía y como estrategia, p.178.

1985: La actualidad colombiana

Sin saberlo o quizá de manera consciente, hemos repetido nuestra historia una y otra vez. Los mismos que hoy son alcaldes, periodistas, ministros, técnicos de fútbol y guerrilleros son quienes vienen haciendo la historia colombiana, por lo menos, desde 1985.

Revisando el periódico El Tiempo de ese año y del siguiente encontré que muchas de las situaciones que vivimos hoy por hoy son las problemáticas de hace 20 años y que las mismas ideas que hoy se plantean fueron dichas en el siglo pasado.

A medida que iba pasando las páginas veía cómo los ministros de Belisario Betancur -e incluso él- aseguraban que el conflicto con las guerrillas colombianas iba a llegar pronto a su fin. En aquel entonces, el gobierno estaba empecinado en acabar con la que era su mayor pesadilla: el Movimiento 19 de abril (M-19). Esta guerrilla se había robado la espada de Simón Bolívar de la Quinta de dicho libertador, en 1974; se había tomado la emabaja de República Dominicana en 1980 y había asestado el que sería su mayor golpe: la toma del Palacio de Justicia, el día 6 de noviembre de 1985.

Todos los dirigentes hablaban del ELN, de las FARC y del M-19 y de cómo iban a acabar esas guerrillas, que es muy parecido a lo que han dicho el Ministro de Defensa y los altos mandos del Ejército actual. Con seguridad que la ministra de comunicaciones de ese momento, Noemí Sanín (actual embajadora del Reino Unido), no veía viable que las FARC y el ELN siguieran sonando en pleno siglo XXI, 23 años después de que proclamaran su fin último. Desde 1985 estamos presenciando "el fin del fin" de la guerrilla colombiana.

Personajes como Marulanda, Alfonso Cano, Jacobo Arenas, Raúl Reyes y Timochenco eran los enemigos a combatir de 1985. Al parecer el gobierno no ha cambiado mucho de objetivo.

En ese mismo año, las disputas entre Colombia y Nicaragua eran por la presunta ayuda del gobierno nicaragüense a las guerrillas colombianas, en especial al M-19, y por la soberanía de San Andrés. Otro problema que sigue vigente.

Pero las dudas no sólo giraban entorno al proceder del gobierno nicaragüense, también estaban presentes en el actuar de las Fuerzas Militares, principalmente en los hechos de la toma del Palacio de Justicia. Aún no es claro cuántas personas murieron en aquel holocausto, como lo llaman muchos, y menos de cuántas padecieron los horrores cometidos por los militares del glorioso Ejército Nacional. La opaca nube de incertidumbre que hubo alrededor de las explosiones ocasionadas por las Fuerzas Miliatres de Colombia es la misma que hoy cubre a las víctimas del terrorismo de Estado, más conocidas como 'falsos positivos'.

Las discusiones acerca de legalizar o no la droga también tenían espacio en la década de los 80. La idea, apoyada por el escritor Milton Friedman y por el columnista de El Tiempo Eduardo Lemaitre, entre otros, no es reciente ni es una posibilidad que se contempla desde las reuniones de César Gaviria con algunos presidentes latinoamericanos.

Los paros judiciales y sindicales no son cosa de hoy solamente. En ese entonces, muy parecido a lo que sucede con la Conmoción Interior actual, los funcionarios del poder jurisdiccional comenzaron a trabajar en los juzgados debido a un paro realizado por los verdaderos jueces que sí habían sido elegidos por mérito.

Los medios de comunicación que hicieron elegir a Virgilio Barco a través de la excesiva propaganda son los mismos que montaron a Álvaro Uribe a la presidencia. Esto lo lograron con las mismas artimañas de divulgación reiterada y de opacidad a otros candidatos.

Personas como Antonio Caballero (reportero de RCN en ese entonces), María Jimena Duzán, quien era columnista de El Espectador, el senador Humberto de la Calle, Ernesto Samper (senador en 1985) y su hermano Daniel (columnista de El Tiempo en esa época) fueron personajes comentados de ese momento que aún siguen bajo el lente de los medios de hoy, si es que no son el lente. Lo mismo sucede con Juan Gossaín, quien era columnista de El Tiempo, Enrique Peñalosa (secretario económico de Virgilio Barco) y Jorge Luis Pinto (técnico de Santafé en ese entonces). Tampoco podemos dejar de lado a nuestro presidente Uribe, quien fue Concejal de Medellín de 1984 a 1986.

Como ven, los sucesos de 1985 son muy parecidos a los actuales. Si llegan a tener un periódico de hace 20 años en sus manos, sentirán que ese periódico está narrando la actualidad colombiana que se vive en pleno 2008. La confusión entre las épocas se hace presente en todo momento; y es comprensible, pues los personajes, los hechos, las problemáticas y los enemigos de aquel año son los mismos que hoy hacen la historia de nuestro país.

Por Maria Clara Calle.

viernes, 12 de diciembre de 2008

La necesidad de libertad

“… el deseo de enriquecerse a toda costa, el gusto por los negocios, la avidez de ganancias, la búsqueda del bienestar y de los goces materiales, son, pues, las pasiones más comunes. Esas pasiones se extienden fácilmente a todas las clases, penetran incluso en aquellas que se habían mantenido más apartadas hasta entonces y llegarían pronto a excitar y a degradar a la nación entera si no hubiese nada para detenerlas. Ahora bien, es parte esencial del despotismo el cultivarlas y extenderlas… únicamente la libertad es capaz de alejarnos del culto del dinero y de las minúsculas preocupaciones diarias de sus negocios para hacerles sentir y percibir en todo momento la patria, por encima y junto a ellos; ella sola remplaza de cuando en cuando el amor del bienestar por pasiones más enérgicas y más elevadas, proporciona a la ambición objetivos más grandiosos que la adquisición de riquezas y genera la luz que permite ver y juzgar los vicios y las virtudes de los hombres… No temo afirmar que el nivel común de corazones y espíritus no cesará jamás de descender mientras que la igualdad y el despotismo permanezcan unidos en su seno”

El antiguo régimen y la revolución - Alexis de Tocqueville

viernes, 5 de diciembre de 2008

Estados Unidos en recesión


A comienzos de octubre del año presente, empieza a caer la bolsa de Nueva York en un 7% inicialmente. Al igual que en el 29; la crisis actual es originada por los préstamos bancarios a individuos si capacidad de pago, para sostener el consumo de sectores sin poder adquisitivo; ya que hay sobreoferta, en este caso de propiedad raíz, en el 29 de carros principalmente. Y por la continua especulación en la bolsa.

En el la crisis del 29 Estados Unidos era un país joven e irresponsable, sin la capacidad monetaria para socorrer dicha caída, por lo que la recuperación fue lenta y planeada; en el “new deal”, Roosevelt desde 1933 hasta 1937, con las ideas de John Maynard Keynes, implementó un intervencionismo estatal, que logró estabilizar la economía; aumentando el empleo en la construcción de infraestructura y en cargos públicos administrativos, dando seguridad social y educación, inyectando a los bancos y brindando créditos para reimpulsar el consumo.

Si bien, en el 29 Europa era dependiente de la economía estadounidense, no lo era tanto como ahora, y no sólo Europa sino el mundo entero dependen de la gran potencia. Aunque Estados Unidos sigue siendo un país joven e irresponsable, ya que deja al mercado auto regularse sin ninguna mano visible estatal y presupone un rescate del Banco Central; cuando suceden este tipo de catástrofes (se ha visto que los bancos también se hunden). Pero a diferencia del pasado, ahora sí tiene la capacidad monetaria para socorrer la caída con una inyección de700.000 millones de dólares al mercado.

Aunque es muy temprano para saber cuan grave pueda ser la crisis actual y cuanto se asemejará a la gran depresión; pienso que el modo de producción capitalista ha crecido en estos 79 años lo suficiente, y ha acumulado la riqueza necesaria para cubrir cualquier caída en el mercado, las veces que sea necesario. En anteriores desplomes bursátiles ha salido bien librado y sería exagerado esperanzarse con el fin del capitalismo y la llegada al socialismo. El capitalismo salvaje va a convertirse en uno más regulado por el Estado, pero mientras se estabiliza, una vez recuperado retomará el salvajismo. Pues es el modo que mejor permite amasar grandes riquezas.

Los bancos privatizaron las ganancias y se dan el lujo de especular, pero una vez quedan en banca rota, llega el Estado a ponerle una pata al modo de producción con el dinero de la nación, se socializan las perdidas. Dice William Ospina en su columna de El Espectador el domingo 18 de Octubre: “El Estado, que ayer era el problema, hoy es la solución. Nuestros pueblos mantuvieron e hicieron crecer las empresas públicas de las distintas ciudades, que no estaban diseñadas para dar rentabilidad sino para garantizar la provisión de servicios básicos a la población, con énfasis en los sectores menos favorecidos, hasta que llegó la doctrina neoliberal según la cual era catastrófico dejar esas empresas en manos del Estado… Ahora, cuando el ciclo se cierra, vuelve a ser importante el Estado”

Dice la revista SEMANA del 6 de octubre “sobre el origen de la actual crisis, hay relativo consenso sobre las causas más inmediatas; fue la arriesgada práctica de las entidades financieras en Estados Unidos de otorgar préstamos con condiciones demasiado favorables a personas sin capacidad de pago para que comparan vivienda” Pero en la raíz de la crisis, encontramos que los bancos no van a entregar presamos a personas sin capacidad de manera fortuita, es necesario antes que la gente no tenga capacidad de compra y si no tiene capacidad de compra es porque los salarios que devengan no son suficientes para adquirir todo lo que el mercado ofrece; ya que el empleador, en su afán de acumular no deja que su mismo mercado se dinamice. La culpa es entonces de los pocos capitalistas que tienen tanto.





Andrea Arango Gutiérrez

La hora de la modorra

Hay un dicho que dice: "La pereza es la madre de todos los vicios". Yo agregaría "y la culpable de muchos males". O ¿quién no ha perdido un examen por la pereza de estudiar? ¿Quién no se ha ganado un regaño por pereza de hacer alguna 'vuelta' o mandado que llaman? ¿Quién ha desperdiciado toda una tarde, teniendo mil cosas por hacer, por que tiene pereza de levantarse de la cama? Estos son unos ejemplos tontos, comunes y con poca trascendencia en comparación con las tragedias políticas que ha ocasionado 'la madre' aquella a lo largo y ancho del planeta.

Por la pereza de pensar, de analizar y de actuar se permite que cualquier persona, con cierta cantidad de poder, maneje los derechos de la humanidad a su antojo y beneficio, como los 27 militares destituidos unos días atrás. Por tener el cerebro dormido y aperezado, muchas personas ni siquiera se preguntan por qué los medios nunca hablaron mal de la administración de Fajardo, por ejemplo. ¿Así de perfecta sería o es que acaso el inmaculado corazón de María estaba a su lado defendiéndolo de toda crítica?

Aunque en algunas ocasiones los sucesos se muestran crudamente ante los ojos de las personas, algunas de ellas se quedan observando, esperando que alguien haga algo. La pereza de pensar que tienen la mayoría de los sujetos se traduce en la inexistencia de la conciencia social, cuando a duras penas se intenta hacer algo para sí mismo. Aquella conciencia es entender y aceptar que hay alguien más alrededor a quien se debe respetar; que no se está solo en el mundo y que, por lo tanto, no se puede hacer lo que venga en gana. Mejor dicho, en palabras más sencillas para los perezosos, la conciencia social está muy ligada a la frase que dice "Mi libertad llega hasta donde empieza la de los demás".

El más claro ejemplo, es que gracias a las personas que apoyaron el cese de actividades en la universidad, por pereza de estudiar, y por los que estaban interesados en retornar a la normalidad académica, pero que no fueron a votar por pereza de ir, escribí acerca de la pereza, en vez de estar haciendo artículos de verdad, leyendo periódicos o intentando organizar investigaciones, como debería hacerlo si estuviera estudiando. Claro, aunque eso no me quita lo de perezosa.

La pereza, experimentalmente hablando, es un problema social que afecta a todos los sujetos: perezosos o activos, analíticos u obedientes, rebeldes o sumisos. Más que a la pereza dominguera -que se le rinde culto en el Día de la pereza-, me refiero al sopor mental que hace que las personas no se interesen por saber cómo se maneja su platica, por ejemplo, siempre y cuando tengan con qué comer.

Por Maria Clara Calle.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Nuestro ideal ultimo

“… nuestro ideal ultimo de mejorar iba mucho más allá de la democracia y nos hubieran clasificado decididamente bajo la designación general de socialistas. Aunque repudiáramos con la mayor energía esa tiranía de la sociedad sobre el individuo que se supone que implica la mayoría de los sistemas socialistas, esperábamos, sin embargo, la llegada de esa época en la que la sociedad ya no estará dividida en trabajadores y desocupados; en la que la regla de que el que no trabajara no come no se aplicará sólo a los pobres, sino a todos de manera imparcial; en la que la división del producto del trabajo, en vez de depender, como en tan gran medida lo hace ahora, del accidente del nacimiento, se hará de acuerdo con un principio reconocido de justicia, y en la que ya será posible, y se pensará que lo es, el que los seres humanos se esfuercen denodadamente en producir beneficios no ya exclusivamente para ellos, sino compartirlos con la sociedad a la que pertenecen”

John Stuart Mill

Las instituciones y los ciudadanos

"La máquina la hace el hombre…
y es lo que el hombre hace con ella"
Jorge Drexler


Es la democracia deliberativa, la participativa; la única esperanza de cambio social y de desarrollo por las vias legales. Pero es necesaria una sociedad civil con ciudadanos activos, como agentes de transformaciones, de constantes renovaciones y reivindicaciones; actores políticos que controlen el ejercicio del poder. Es la participación consiente y masiva de los ciudadanos con cultura política, la que lleva al mejoramiento de las instituciones.

Cuando las instituciones son ineficientes no pueden ser desechadas, pues es por ellas y para ellas que el ser humano se convierte en ciudadano; son las instituciones las que transforman al ser y el ser el que las forma y transforma; es un circulo que se retroalimenta. Por lo que es fundamental, el constante movimiento, las conrtadicciones que dinamicen, renueven, cambien y transformen la "democracia" colombiana. Es que la democracia es también desobediencia civil, protesta y rebeldia cuando se está inconforme y el Estado debe garantizar este tipo de manifestaciones, no oprimirlas. ¿Quién dijo que democracia es orden?

Necesitamos de una base plural en la mentalidad y los actos, llena de tolerancia; que resista convergencias y divergencias, para que así avancemos hacia una sociedad más digna, tanto política como socialmente.

Andrea Arango Gutiérrez.

viernes, 21 de noviembre de 2008

A la hora de vivir

Para mi amigo de la infancia,
Aunque quizá nunca llegue a leerlo.

El reloj de pulsera de Sara da las 4:40 a.m. como la hora para despertarse. Se levanta de su cama pasivamente y empezando, al igual que los días anteriores, con el pie derecho. Aunque un baño caliente la espera, está pensando en que la coge la tarde, o más bien, la madrugada.
Croissant, un poco de queso holandés, un huevo en cacerola y un chocolisto para empezar su día. Después de su corto desayuno se cuelga el portátil en su espalda y ya está lista para salir. Sólo le bastarán 10 ó 15 minutos para llegar a la universidad. Todo depende de qué tan rápido maneje hoy, aunque por su corta edad y por estar estrenando pase, lo más probable es que llegue antes de lo esperado.

Otro reloj, esta vez de mesa, marcan las 6:00 a.m. Pedro debe levantarse a comenzar su día. No piensa con qué pie empezar, sólo se prepara para recibir esa agua fría que le congelará hasta los pensamientos. Sale de la ducha y se viste rápidamente, mientras su arepa se está calentando. Quesito, mantequilla y un chocolate tibio serán sus acompañantes.
Son las 6:30 a.m. y Pedro ya está en la puerta de su pensión, dispuesto a salir a trabajar. El tiempo no le preocupa, pues sabe que llegará a la hora precisa a la empresa: 7:00 a.m. como en los últimos dos años. Además, en una mañana como hoy, lo preocupante es mojarse en el camino, no los minutos que se pueda demorar.

8:00 a.m. y Sara acaba de terminar su clase de seis. Busca algo que le quite el sueño ocasionado por su profesora, y junto con sus compañeros se sienta en una mesa a hablar de la vida, del periodismo, de política, de literatura, del mundo y de este famélico país. Hoy será un día largo, así que es mejor un buen cappuccino para resistirlo.

Las horas han pasado, rápida o lentamente, pero ya se fueron. El reloj marca las 12 m. Pedro, agotado y con ganas de almorzar, se va solo a la cafetería del frente de la empresa de plásticos en la que trabaja. Pide el menú del día y en esas llega uno de sus compañeros a hablarle de lo cansado que está y de lo mal que va la situación. Pedro, de manera simple, asiente mientras va masticando los fríjoles humeantes que hace un momento habían llegado a su mesa. A duras penas puede entender lo que pasa a su alrededor, él no está pendiente de la vida de otros que no sean su familia. La política, las guerras mundiales y la economía de las potencias es algo que para él ya no existe, se ha esfumado, al igual que el sueño de ser un profesional.

Sara, sonriente como los días anteriores, llega a comprar el almuerzo de hoy al restaurante de su facultad. Busca un lugar donde sentarse con sus compañeros, pero debido a que al medio día las bancas universitarias están con el cupo lleno, deciden sentarse en el piso del bloque 25, teniendo sumo cuidado para que el sánduche no vaya a derramar salsas sobre su computador.

4:05 p.m. Pedro para de trabajar por unos segundos, los dolores en su espalda cada vez son más fuertes y críticos. Eso de cargar cajas no le está conviniendo a su cuerpo. Sus compañeros de trabajo le dicen: "Pedrito cuidate, mirá que vos todavía estás muy chiquito y no te podés joder desde ya. Mirá que todavía te queda una vida por delante". "¡Cual chiquito!" -grita Pedro- "yo ya tengo 19 años y nada de niño. En cuanto a la vida, si va a seguir así, espero que no me quede mucha".

4:45 p.m. Las clases de Sara han culminado por hoy. Está algo cansada de cargar su computador, por lo que se queja constantemente. Antes de irse para su casa a dormir -porque un día así lo amerita- le propone a algunos de sus compañeros llevarlos a sus casas. Todos ya tienen cómo irse. En su interior, Sara se alegra, pues los capuchinos y los tintos del día no hicieron la labor que debían hacer y los abrebocas que consumió no le cerraron el estómago.

Son las 7:30 p.m., Pedro no deja de ver el reloj en la pared, sólo quiere que la máquina dicte las 8 para buscar algo de comida. Aunque ya terminó de montar todas las cajas que había en la bodega y ha cumplido las horas de trabajo de hoy, Andrés, su jefe, le ha pedido que se quede unas cuantas horas extras para arreglar las oficinas. Pedro, por recibir unos cuantos pesos demás, accede.

A las 9:00 p.m. Sara se levanta de su siesta e inmediatamente comienza a llamar a sus amigos para definir si hay o no hay salida esta noche. Después de unas cuantas telefoneadas, han decidido ir a la casa de Susana a catar unos vinos que su padre trajo en el último viaje a Francia. Pero antes de irse debe comer algo, no vaya a ser que se desmaye. Busca a su mamá y le pide que le caliente unos huevos con tostadas.

El tic-tac del reloj es lo único que le da la bienvenida a la pensión a Pedro. Él lo mira, son las 10:35. Busca algo en su vacía nevera. Sólo hay una naranja, una tajada de queso rancio y el trago de chocolate que dejó esta mañana. "Nada mal", dice sarcástico.

A las 11:00 p.m. Pedro, después de varios intentos, logra comunicarse con su familia que está en el pueblo en el que nació.
"¿Cómo estás mijito?", le pregunta su madre al otro lado de la bocina. "Bien mamá. Aquí las cosas están mejorando; no se preocupe que en muy poco tiempo voy a recoger la platica para que se vengan a vivir acá. Viejita mía, vas a ver que muy pronto las niñas, mi papá, usted y yo vamos a volver a estar juntos. Más bien cuénteme como van las cosas por allá ¿Esa gente ha vuelto por la finca?".
3 minutos después colgaron. Al hacerlo, un suspiro sale de la boca de Pedro, las noticias que le dio su madre no son para nada buenas.

Son las 11:30 p.m. y Sara ya está algo tomada, tener el estómago vacío le ha ayudado. No es la ocasión lo que la hace beber, pues a fin de cuentas, hoy es un día como cualquier otro. El tener la grata sensación de la uva fermentada en su paladar es lo que le impide ponerse límites, más de los que sus 18 años le permiten hacerlo.

Mientras Sara se extasiaba con cada sorbo, Pedro estaba dando vueltas en su cama sin poderse sacar de la cabeza lo que le dijo su madre, sin dejar de pensar cómo va a hacer el día de mañana para que las cosas cambien.

1:00 a.m. y Sara ya está en su cama, agotada y rendida. "¡Vaya vida la mía!", dice a manera de reproche, con su rostro mirando hacia el techo y preguntándose cómo será el mañana, si acaso no podrá mejorar.

Durante esos momentos de meditación de Sara, Pedro estaba en otro lugar de la misma ciudad, aunque no de la misma Medellín en la que vivía ella, cerrando sus ojos queriendo que toda su vida fuera tan sólo un sueño, un sueño que se acabara al despertar.

Por Maria Clara Calle.
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Esta es una historia inspirada en algo que de verdad está sucediendo. Pero al decir inspirada me refiero a todo el sentido de la palabra, con esta digo que hay cosas en el texto que sí son ciertas y otras que han salido de la loca cabeza de esta loca sujeta.

¿Globalización? ¡No gracias!


Las instituciones no crearon al pueblo, fue el pueblo quien las creó y basta el pueblo para cambiarlas cuando no funcionan.

Vivimos en un mundo globalizado, con un proyecto neoliberal implantado en cada país; en donde la relación Estado–ciudadano es reemplazada por la de mercado-ciudadano, o mejor, mercado –consumidor; se despolitiza la sociedad civil y hay una posibilidad de participar, votar cada cuatro años; nos encontramos en una lógica de democracia representativa, de malos manejos de los recursos, corrupción y captura del Estado, de lo público, por los intereses particulares.

Ya no, cada ciudadano, sino, cada individuo debe apoyar el libre mercado, en pro de la modernización del país. Y tanto a los empresarios como a la población civil les corresponde la responsabilidad social, la solidaridad y la caridad; para socorrer a los que el Estado ausente ya no puede, porque se achico para agrandar empresas, pues ellas generarán más empleo y sabrán dinamizar mejor el mercado; entran de otros países, a explotar y dinamizar, a dar empleo y mejorar la calidad de vida. Pero ¿qué tipo de empleo generan? Desaparece toda posibilidad de Estado de bienestar, las condiciones de vida dignas para toda la población, que eran deber del estado y derecho del ciudadano, ya son caridad de la empresa privada.


Y personas que viven en condiciones precarias, indignas. Porque falló la maravillosa solución de las empresas redentoras; no tienen tiempo de politizarse. Dice Raymond Aron en ensayo sobre las libertades exponiendo una tesis de Marx que“…la política está separada de la vida cotidiana concreta de todos y cada uno porque el propio trabajo se halla alienado, porque la propiedad privada de los instrumentos de producción convierte al obrero en esclavo de un patrono y al mismo patrono en un esclavo de las cosas, de las mercancías, del mercado” El afán de sobrevivir, el día a día que apremia, no deja formas de protestar, actuar, reunirse y formar acciones colectivas que dignifiquen las condiciones de vida. No se hace posible la democracia deliberativa, participativa, plural, renovadora.
Andrea Arango Gutiérrez.

Libertad y Mafalda


Hablemos de la vida

(Esta conversación puede asemejarse a una de las tantas que tengo día a día con diferentes personas. Claro que eso no quiere decir que yo sea Fernando o César).

Fernando: ¿Será necesaria una revolución para cambiar el mundo?

César: Pues claro que es necesaria, sino ¿cómo carajos va a cambiar esto?

Fernando: Pero ¿eso no significa matar a mucha gente?

César: No, no, no. Hay muchos tipos de revolución. En unas sí muere gente que de verdad no merece estar 3 metros bajo tierra con los gusanos encima, pero en otras, las que verdaderamente sirven, no se derraman litros de sangre, por el contrario, corren ríos de conocimiento.

Fernando: ¿Cómo va a ser eso si hay gente a la que no le conviene que otros se eduquen? O es que acaso les va a interesar que haya más posibilidades de perder su platica.

César: Hermanito, pues yo no tengo ni idea de cómo puede llegar el cambio. Y tampoco busque que yo le responda en unas cuantas palabras y en un segundo lo que la humanidad se ha preguntado por años. Pero eso sí, yo soy de las personas que creen que para cambiar esto y este mundo es necesaria la educación. Pero no de la que enseña a escribir Álvaro con V y no con B, o libertad con la de burro y no con la de vaca; no. Esa nos puede ayudar pero es más fácil de adquirir. La educación que yo digo es la que enseña a analizar y a encontrar la solución de los problemas. Esa, la que está al lado de la consciencia, es la que va a llegar algún día a mejorar esto.

Fernando: No viejito, estás muy equivocado. Olvidate de eso. ¿Vos creés que a todo el mundo le interesa aprender? ¿De verdad pensás que a todo el mundo le gusta leer como a vos o que todos estamos cansados con las cosas de hoy? Yo para qué voy a querer cambiar las cosas si como vamos, vamos bien.

César: ¿Bien? ¿Te parece muy bien que casi la mitad de los colombianos estén en la pobreza y en la indigencia? Eso por no hablar del mundo. ¿Te parece muy bien un país donde el ejército mata a quien se le da la gana y después dice que lo mató por ser guerrillero cuando en verdad era un campesino? ¿Bien que miles se mueran, literalmente, en la selva? ¿Eso de verdad te parece bien?

Fernando: Pero es que eso no me toca. Ninguno de los muertos de hambre o de los muertos del ejército es familiar mío. Yo para qué me voy a preocupar por eso.

César: Porque 'eso', como lo llamás, es consciencia social. Pero al parecer vos no tenés de 'eso', porque si sos capaz de decir que estamos bien sólo porque tenés con qué comer y porque no te han desaparecido a un familiar, es seguro que de esa consciencia no tenés nada. Ni de esa, ni de ninguna.

Fernando: Ah... No, no, no, no, no. ¿Sabés qué? Dejemos de hablar de tantas güevonadas que lo único que hacemos aquí es peliar. Calmate más bien. Mirá que ya va a empezar el partido y nos lo vamos a perder por hablar de tanta carajada.

César: Viejito, esto NO es carajada. Carajada es que perdás tanto tu tiempo en tanta pendejada que lo único que hace es embobarte. Eso es bueno, pero de vez en cuando.

Fernando: ¡BUENO YA! Que no quiero hablas más con vos de eso. Siempre me desesperás con tu exageración de las cosas. Más bien apurate haber si salimos algún día al partido.

Por Maria Clara Calle.

viernes, 14 de noviembre de 2008

La máscara del poder

Bajo la idea de libertad para el pueblo se han desencadenado las más cruentas batallas, se han asesinado cientos de personas, gobiernos enteros han mentido a su país y al mundo entero con tal de invadir, gobernar y tener el poder.

Parece que el mundo actual es maquiavélico. Aquí el fin justifica los medios, incluso cuando el objetivo de la guerra no es más que un disfraz para lograr el verdadero propósito: la acumulación de poder.

Los menos favorecidos y los oprimidos son utilizados por las élites económicas, políticas o religiosas para poder saciar sus intereses privados. Ellas, las élites, necesitan de las masas para ocultar sus objetivos, para esconder que lo que verdaderamente se quiere es su propio beneficio, no el del pueblo, ya que ellas necesitan de un oprimido para poder ser opresoras y las grandes vencedoras en todo este juego de toma y dame.

Así fue en la época de la independencia de lo que hoy llamamos Suramérica. En ese momento, las personas eran diferenciadas según la procedencia de sus progenitores; había negros, mulatos, zambos, indios, mestizos, criollos y españoles. Estos últimos, de padres españoles y nacidos en España, eran los que llegaban a estas tierras para gobernar, mientras que los criollos, hijos de españoles pero nacidos en América, no podían estar al mando del virreinato, a pesar de tener la misma sangre putrefacta corriendo por sus venas. Por esta razón, por querer gobernar y mandar, fue que decidieron incitar a todos los otros a defender su libertad y exigir su independencia, cuando lo que les interesaba era estar en el poder.

Lo grave es que esto se siguió repitiendo a lo largo de los años y a lo ancho del planeta.
Después de la segunda guerra mundial, Europa quedó totalmente destruida, pasando por una hambruna gigantesca por la falta de maquinaria, de energía eléctrica, de campos para sembrar y, sobretodo, de fuerzas.

Eran los momentos de las tensiones entre Estados Unidos y la Unión Soviética, cuando el pensamiento ideológico de una nación estaba entre ser demócrata o socialista, con una Europa necesitando ayuda. Fue ahí cuando el ministro de Relaciones Exteriores de EE.UU., George Marshall, creó un plan de ayuda denominado Plan Marshall. Con éste se defendía la unió de los países europeos para que juntos derrotaran a la sombra del totalitarismo, se proclamaba una libertad de pensamiento y de mercado. Bueno, por lo menos esa fue la gran excusa. Pero en realidad lo que buscaba EE.UU. era encontrar un aliado en ese continente para que lo apoyara al momento de un ataque soviético y ¿quién podría ser más fiel si no era a quien alimentó en el pasado?

La historia nos muestra cómo algunos gobernantes -en cabeza de naciones- no fueron capaces de curar su sed insaciable de tener más territorios bajo su mando. Hacían y hacen lo que sea necesario para llevar a cabalidad sus propios deseos, así esto signifique muertes indiscriminadas, mentiras al por mayor y altos costos sociales y económicos.

El poder siempre dará más ganas de poder, sin importar que tan buenos o que tan macabros hayan sido los fines al comienzo de las cosas.

Un ejemplo de esto es Fidel Castro, quien con la ayuda del Che Guevara y otros milicianos, se tomó Cuba en 1959. Derrocó a Batista por su desacuerdo con las dictaduras, en especial con la de ese sujeto. Irónico que a Castro no le gustaran las perpetuaciones en el poder sabiendo que él lleva 49 años en el mando cubano. Más irónico aún es que el Movimiento 26 de julio, que estaba a su cargo y fue el encargado del golpe de Estado, no estuviera de acuerdo con el comunismo y terminara pidiéndole ayuda a la Unión Soviética.

Queda demostrado pues que la liberación proclamada en casi todas las guerras y en los enfrentamientos no ha sido más que una máscara para que los gobernantes hagan lo que les convenga y satisfaga: quedarse con el poder.

Por Maria Clara Calle.

Uribe y los indígenas

Los indígenas y el gobierno últimamente han tenido fuertes enfrentamientos.
Encontré en la página web http://colombia.indymedia.org/news/2005/11/33885.php que “El día 16 de diciembre de 1991, aproximadamente 80 personas pertenecientes a la Comunidad Indígena Paez del Norte del Cauca, habitantes del Resguardo de Huellas, acudieron a una cita aparentemente convocada por los nuevos dueños de ese predio en la parte montañosa de la hacienda del “NILO”, corregimiento el Palo, municipio de Caloto- Cauca. A las 21:00 horas aproximadamente hombres fuertemente armados se presentaron al lugar, y procedieron a reducir al Grupo de indígenas, a quienes obligaron a acostarse en el piso, y les dispararon indiscriminadamente, causando la muerte de 22 indígenas Paeces que se encontraban en estado de indefensión. De acuerdo a las pruebas recaudadas por la Procuraduría General de la Nación y la investigación Penal, la acción fue coordinada por el mayor de la policía nacional Jorge Enrique
Duran Arguelles, comandante del segundo Distrito de policía del citado Municipio.”
Por lo que el gobierno prometió reparar a la comunidad indígena con 15.663 hectáreas de tierra, de las cuales ha entregado el 40%; razón por la cual la comunidad indígena que habita la hacienda “la maría piendamó” ha manifestado fuertemente un descontento en los últimos meses. Emprendieron la minga el día 12 de octubre, para lograr una comunicación directa con el presidente de la república Alvaro Uribe Vélez.
El 2 de noviembre Uribe y los indígenas lograron realizar un debate que duró cerca de 6 horas; en donde las comunidades indígenas manifestaron el descontento con el gobierno actual, no sólo por el incumplimiento de las tierras, sino también por el estatuto de desarrollo rural, el posible TLC y pedían garantía de los derechos indígenas, exigiendo el retiro de la fuerza pública de la hacienda la maría.
L
os indígenas llevan pidiendo garantías y respeto, desde hace más de 500 años y no han sido tomados en cuenta; pues sus políticas de vida, de desarrollo y supervivencia van directamente en contravía con el movimiento del mundo, con el orden global neoliberal que los atropella, que nos atropella. Es claro que Álvaro Uribe Vélez es un neo liberal, como bien lo decía Jaime Garzón cuando éste era gobernador de Antioquia “Acierta la revista Semana en cabeza del dirigente vástago de César Gaviria al proyectar sobre el escenario nacional a esta neo-lumbrera neoliberal de esta nueva época, ¡¡caray!! Es que a Álvaro le cabe el país en la cabeza. Él vislumbra todo este gran país como una zona de orden publico total”. Y el modelo neoliberal necesita de países en vía de desarrollo para que los desarrollados inviertan, exploten la tierra y se vallan cuando ya no sean rentables. Para que existan imperios tienen que haber feudos, para que existan opresores tiene que haber oprimido y Colombia hace de los segundos.
A Uribe lo eligió Colombia a sabiendas del modelo neoliberal que tenía en mente. Y a los indígenas los han explotado desde que llego Cristóbal Colón; les dan suelo, pero no subsuelo; les dan selvas, pero no tierra fértil; les dan parques naturales, pero no minas para explotar; porque el sub suelo es del Estado y el Estado lo entrega a multinacionales que darán regalías y generarán empleo; pero ¿qué calase de empleo? Los indígenas quieren el subsuelo, los indígenas quieren que la explotación de la madre tierra alimente a sus habitantes, a los que nacieron en ella. Un modelo así sería uno socialista, intervencionista, que nacionalice las empresas, y el mundo le tiene
miedo a eso, Colombia tiene miedo del bienestar social.
Pienso que lo máximo que pueden lograr los indígenas es el cumplimiento del 60% de las hectáreas que faltan; y para sus otras exigencias habría que esperar al 2010 y elegir un presidente con políticas de menos apertura económica. En este aspecto es verdad, Uribe, el neoliberal no les miente.

Andrea Arango Gutiérrez.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Los fundamentos de la teoría dialéctica de la sociedad del materialista universal Karl Marx.

Marx fue ante todo un economista social que recogió la historia para elaborar una teoría crítica del orden existente; toma de Hegel la dialéctica, que es abstractamente filosófica para aplicarla en la sociedad como explicación del desarrollo histórico de los pueblos y demostrar que vamos hacia un modelo social, llamado comunismo. Es importante aclarar que entre Marx y Hegel hay una brecha que los separa; Hegel es un racionalista, idealista, que cree en la existencia de la razón humana y en la capacidad de ésta junto con otras razones, de encontrar la verdad absoluta por medio de la dialéctica universal, es decir, la dialéctica es el medio para llegar a la verdad de manera colectiva por medio de antagonismos, confrontaciones, tesis y antítesis para lograr una conclusión avanzada.

Marx acepta el proceso dialéctico universal, adopta el método hegeliano, pero cambia el fin filosófico por un fin social, cambia la razón y la búsqueda de la verdad, por el hombre y la búsqueda del bienestar económico; Marx no es un idealista racionalista, es un materialista; porque la historia empírica real ha negado la existencia de la filosofía, ya que ha existido una clase sin razón, una clase que no tiene tiempo para pensar porque está atada a su condición física, a su condición laboral, el proletariado, demostrando así que no es verdad que la razón sea universal e inherente a la condición social.

Kierkegaard a diferencia de Marx y Hegel, aboga por el individuo aislado en busca de sus necesidades y aspiraciones, en busca de la felicidad individual; no cree en la universalidad ni en las colectividades porque siente que niegan al individuo. Marx por ejemplo, en su concepto de libertad es universal, dice que mi libertad y la de los demás son una sola y se extiende al infinito; yo no puedo ser libre si mi sociedad está encadenada y Kierkegaard, abogaría por la libertad liberal, diciendo que mi libertad llega hasta donde comienza la de mi compañero.

Feuerbach opta a diferencia de Hegel, por el materialismo; no cree que la esencia y la condición del ser sean la razón, sino la naturaleza. Lo concreto y la realidad hacen al ser, es decir, el sujeto es pasivo, receptivo de lo que perciben sus sentidos, y Hegel negó que los sentidos dieran la verdad, piensa en un sujeto activo que piensa y encuentra la felicidad en el pensamiento, no en lo material. Marx a pesar de ser un materialista, hace una crítica a Feuerbach por la pasividad que le otorga al sujeto; ya que la idea de revolución presupone una preparación y participación activa del proletariado y la población en general, para que sea posible la coyuntura.

Marx se declara materialista por las condiciones materiales de su época, en donde lo económico coordina lo social y lo social determina lo mental, la consciencia. Ve como ilusoria las soluciones idealistas que liberan por medio de la razón.

El hombre debe trabajar para lograr dinero y conseguir condiciones de vida adecuadas que le permitan pensar, desarrollar su espíritu absoluto por medio del arte, la religión y la filosofía, construir su esencia. Pero en la sociedad capitalista no hay tiempo ni energía para construir esencias, porque son gastadas en un trabajo que no genera las condiciones, solo alcanza para sobrevivir; debido a que el modelo se perfecciona cada vez más, los grandes capitalistas tienen mucho dinero gracias al aumento de oferta laboral favorable que les permite explotar trabajos sin pagar lo suficiente, ni siquiera lo necesario, sacando así mucha plusvalía, que les genera ingresos para alimentar su bolsa de ahorro; la mayoría de la plata se queda en manos de pocos y la pobreza se generaliza.

El trabajo debería ser autorrealización, la actividad que desarrolle potencialidades físicas y mentales, el encuentro consigo mismo al trabajar un producto, la satisfacción de las necesidades, no el medio para satisfacerlas; en el sistema capitalista el trabajo es alienador, el producto trabajado es ajeno al obrero porque está fuera de su alcance y es el objeto que lo esclaviza. El trabajo no mira las necesidades ni habilidades de cada individuo, es una mera relación remunerativa, el individuo no puede elegir su trabajo, las relaciones ya no son entre seres humanos sino entre cosas, entre mercancías, interrelaciones con e fines económicas.

Es necesario entonces hacer una revolución universal para abolir el trabajo alienado, que es la base del funcionamiento del sistema capitalista, hay que crear un trabajo digno, para lo que se requiere la abolición de la sociedad privada, que es la generador de las clases sociales, socializar todos los modos de producción para que a cada uno se le de lo que necesita y no lo que trabaja y así lograr un libre pensamiento.

Marx analizó la sociedad capitalista desde sus inicios con el materialismo histórico y aplicó la teoría dialéctica de Hegel a la sociedad, mostrando como a lo largo del tiempo las sociedades han evolucionado gracias a sus antagonismos, a sus guerras. Muestra que la división de clases creada por el modelo capitalista trae consigo su destrucción, obedeciendo la teoría dialéctica; el proletariado hará la revolución que destierre del poder a los capitalista para crear un modelo comunista en donde no existan los antagonismos. La dialéctica de la sociedad y el materialismo histórico, son modelos para explicar la “prehistoria”, pero a partir del comunismo se habla de la “historia efectiva” en donde no exista ya lucha de clases; ya no será el mundo un universal negativo, sino un universal positivo. En donde todas las sociedades vivirán sin división de clases, sin trabajo alienado, en donde las necesidades físicas estén suplidas y podamos dedicarnos a construir nuestro espíritu, nuestra mente, nuestra conciencia, nuestra razón; en donde seamos verdaderamente libres.

Nota: este texto con base al libro “Razón y Revolución” de Herbert Marcuse
Andrea Arango Gutiérrez.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Homicidios impunes

(Lo que leerán a continuación se complementa con Información silenciada)

Al coger un periódico, al encender una radio o al ver un noticiero queremos saber qué sucede en el país, ya sea en materia política, deportiva, de moda, en fin; de lo que sea, pero siempre se acude a esos medios en busca información. Si no es por la comunicación que nos brindan la prensa, la radio, la televisión y la internet lo más probable es que no nos enteremos de lo que sucedió en otras lugares.


No se puede negar que cuando se ve un asesinato en la calle lo primero que muchas personas hacen es encender la radio para buscar información acerca de lo que presenciaron. Si buscan en los noticieros del mediodía dicho homicidio y no encuentran la noticia, se llevan un gran desconcierto y habrá quienes queden con un sinsabor.

Si eso puede llegar a suceder con algo que se vio en la calle, imaginen qué pasaría si el muerto es un conocido o si -peor aún- es un familiar. ¿Qué pensarían ustedes? ¿Cómo actuarían?

Muy seguramente harían lo que hacen miles de familias al ver que los medios no dieron ningún tipo de información acerca del muerto que se está cargando. Lo más probable es que exigirían respuestas por parte del asesino y recuerdo por parte del pueblo.

Ésta es una realidad que se vive día a día, un tormento que llevan sobre los hombros aquellas familias que corren el riesgo de que sus muertos se olviden, de que queden impunes sus asesinatos y de no encontrar culpables.

No son pocas las personas que tienen que cargan con esta pena. Según las estadísticas presentadas por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (http://www.medicinalegal.gov.co/), en julio de 2008 hubo 7,918 homicidios en todo el territorio nacional, y hay 1,317 casos que aún se están estudiando para definir si las muertes fueron accidentales, suicidios o por transporte.

Hay que hacer la aclaración que estos informes mostraron el gran incremento de los homicidios durante el mes de julio, el cual es el último reportado por Medicina Legal. Los otros meses del año han tenido unas cifras entre 1,100 y 1,300 homicidios, números bastante altos también.

¿Dónde están los más de 12,000 asesinatos de este año en la prensa? ¿Por qué ocultan estos homicidios? No siempre ha existido este silencio absoluto por parte de los medios. Si revisan el periódico El Tiempo de 1985 o 1986 podrán encontrar que regularmente se informaban unos cuantos asesinatos en las páginas 2-A o 3-A. No eran muchos comparados a los que ocurrían en dicho momento, pero esas noticias mostraban que en Colombia se estaba asesinando gente del común, no como los medios de hoy en día -entre ellos El Tiempo- que nos quieren vender la imagen de un país seguro y sin asesinatos.

Medicina legal, organización que regula, controla y presta los servicios forenses en toda Colombia, dice que en el 2007 hubo 16,318 homicidios, ya fueran por violencia sociopolítica, intrafamiliar, común impulsiva o económica. Esas mismas estadísticas dieron cuenta de los homicidios por violencia sociopolítica que ocurrieron durante el 2007. He aquí las cifras exactas:

Acción guerrillera 359
Acción Militar 905
Acción Paramilitar 92
Asesinato Político 4
Enfrentamiento armado 603
Intervención legal 85
Secuestro 28
Terrorismo 28
Violencia contra grupos 53
descalificados o marginales

La acción militar, según Medicina Legal, dejó el doble de muertos que la acción guerrillera y diez veces más que la acción paramilitar. ¿Está eso en las noticias, en la radio o en la prensa?

Los homicidios pasan por alto porque no salen a la luz pública, porque las voces de esas familias nunca son escuchadas por el pueblo colombiano. Porque aquí las personas están acostumbradas y enseñadas a olvidar fácilmente, lo que es fortalecido por el silencio de los medios y de los gobernantes.

Por Maria Clara Calle Aguirre.

Información silenciada

La realidad de nuestro país es tan irreal y tan común que día a día suceden acontecimientos que dejarían frío a cualquiera. Pero aquí, en Colombia, eso no sucede pues esos son hechos del diario vivir a los que nos hemos acostumbrado y con los que nos levantamos todas las mañanas.
Sin embargo, el hecho de que casi nada nos impresione no le da permiso a los medios para ocultar la realidad de esta sociedad, opacando unas noticias con otras que, en algunas ocasiones, son de menor importancia. Pero ¿a qué se debe este ocultamiento? ¿Quién decide qué noticias poner, cómo y dónde ponerlas? He aquí la lógica mediática que no es nada fácil de entender y mucho menos de responder.

En todos los medios de comunicación existe algo que se llama agenda. Para explicarles qué es esto, tomaremos como ejemplo los medios impresos, principalmente revistas y periódicos . La agenda es el resultado de escoger qué noticias se publican, en que página irán -teniendo en cuenta que la primera página siempre es la más importante-, qué espacio tendrá cada una para su desarrollo y cómo se van a tratar.

Pero no todo se puede decir, es ahí dónde entra la injerencia de cosas como la posición ideológica predominante, que casi siempre, hace que todos tengan el mismo pensamiento, alaben y ataquen lo mismo y a la misma persona. También están los intereses de los medios, pues ellos también tienen amigos y como dice el dicho: No se muerde la mano de quien te alimenta.

Por otra parte tenemos la obtención de la información. Cada persona quiere utilizar el espacio mediático para darse propaganda y venderse al público, en manos del medio y del periodista, está que ésto pueda llevarse a cabo o que no se logre. Lastimosamente hay un juego de toma y dame entre el poder y la información, donde unos no atacan a los otros mientras los otros sean beneplácitos con los unos.

Si tenemos en cuenta que el objetivo del periodista y del medio -en teoría- es vigilar constantemente el poder y a quienes lo ejercen para estar en el momento de estafa o robo y darlo a conocer al público. Si somos conscientes de que el periodismo es -teóricamente hablando-, como leí en alguna parte, el "perro guardián" que está a favor de lo público y acechando lo privado, nos daremos cuenta de que la mayoría de los medios colombianos no son más que una patraña.

Son una mentira de información constante, mostrando lo que les conviene y cómo les conviene, tergiversando cifras si es necesario, dando el don de la palabra y la posibilidad de mostrarse al público sólo a quien sea su amigo y a quien le ayude al medio, eliminando contexto (dejando la noticia cada vez más incompleta) para publicar un anuncio publicitario. Casi todos los medios -tanto en pro del gobierno como en contra- sólo muestran a la luz pública lo que está acorde con su ideología política y con sus intereses privados. El derecho a la información de todos ha sido reemplazado por el beneficio económico del medio.

Cada vez hay que leer más periódicos, ver y oír más noticieros para poder conocer la verdadera realidad del país. Digo verdadera realidad ya que en Colombia hay cientos de verdades y de naciones dentro de la misma nación que no son dadas a conocer por esos que se hacen llamar medios de comunicación.

Por Maria Clara Calle Aguirre.

viernes, 31 de octubre de 2008

La universidad pública, esencial para la sociedad.

Es necesario recordar que el universo del conocimiento no le pertenece a nadie, es de todos; y la universidad es el mejor lugar, por tradición, que lo imparte; es paradójico que algo público como el saber sea objeto del mercado, pero claro, en un mundo monetarizado todo debe producir, todo debe generar ingresos y además ¿de qué vive el profesor?; pero más paradójico aun, que sea privado ¿universo de conocimiento privado? ¿Universidad privada?, me suena contradictorio…

La universidad pública (valga la redundancia), debe prestar un servicio a la comunidad, y ese servicio debe estar patrocinado en su cien por ciento por el Estado, ya que es a Él, al que le interesa formar bien una sociedad, que más tarde retribuirá con buena producción, en pro del bienestar nacional; entonces lo ideal es cubrir el grueso de la población, dar educación al mayor numero.

Dijo Carlos Gaviria Díaz el 3 de abril del presente año, en una audiencia por la defensa de la calidad de la universidad pública: “…a la universidad lo que le incumbe, en primer lugar, es la formación de la persona; y de la formación de la persona se sigue la formación del ciudadano; y de la formación de ciudadano, se sigue entonces, la formación del profesional”, es este el proceso para formar bien. Es necesario formar personas que primero se interioricen, sepan para qué vinieron al mundo, para quién van ser productivos y por qué; que le den sentido a su existencia de una manera autónoma, personas que comprendan su realidad con memoria histórica y cultura política como referente de ubicación, como un polo a tierra que les permita modificar su entorno, ser agentes de cambio, constructores de una mejor sociedad; y por ultimo formar destrezas en las personas, técnicas para operar en un campo especifico. Es así como nacen los científicos creadores de conceptos, engendradores de herramientas para el desarrollo mental y material.

La universidad debe ser autónoma, con las garantías para crear libremente el modo de funcionamiento interno; a favor de la comunidad en general y no del gobierno de turno; logrando así que se mantenga una dinámica de desarrollo constante, independientemente de los intereses particulares de cada dirigente.

El modelo anteriormente descrito suena muy ideal y poco real; nos parece increíble que lo último que debería enseñarse, sea lo único que en Colombia difunde la educación superior; somos un país tecnificado, nuestros jóvenes son técnicos, no científicos; las teorías de conocimiento son importadas y no creadas acá; Colombia no produce, reproduce. Pero un país subdesarrollado es carne fresca y presa fácil para los desarrollados; una empresa de un gran país, con grandes científicos llega a otro pequeño, lleno de técnicos dispuestos a vender un trabajo favorable; los explotadores existen porque hay a quién explotar, y somos los segundos en esta lógica mundial.

El problema es de raíz y abarca a todos los sectores de la sociedad. Los jóvenes nos vemos inmediatamente afectados y exigimos una universidad pública digna, pero cada vez el ciclo académico se recorta; y miramos alrededor, pero nos vemos solos, sin los profesores directamente afectados por su inestabilidad laboral. Y los políticos que mañana no van a poder educar dignamente a sus hijos siguen tramitando leyes que atentan contra la buena educación, porque ya no es rentable la debida formación de la persona, toma mucho tiempo valioso; nuestros dirigentes le hacen el juego a la lógica mundial de explotados y explotadores.

Alguien se ha preguntado ¿por qué los institutos tecnológicos reciben buen dinero del Estado y las matriculas en las universidades públicas cada vez valen más?.

En un vagón del metro de Medellín había una frase de Fernando González, y decía: “los pueblos en los que la juventud no piensa, por miedo al erros y a la duda, están destinados a ser colonias”. Recordemos que los modelos de funcionamiento social son invento del hombre y cuando no funcionan en beneficio de la mayoría, se deben cambiar; bastamos nosotros, los inconformes, para mejorar nuestra sociedad.

Andrea Arango Gutiérrez.

viernes, 24 de octubre de 2008

Para: Los que purifican su alma

A Ignacio le gusta recordarlas en silencio mientras trabaja, así libera su mente de una fábrica que lo encasilla; Cristina tararea una por la mañana en el bus; Rubén en el colegio canta el pedazo de alguna cada que la situación lo amerita: “No más tele basura, no más profes sin cultura, no más cáncer en tu cigarrillo”; Mariana no se las sabe aun, pero así es mejor, porque las escucha, las interioriza cada mañana antes des de pararse de la cama y son ellas las que le dan fuerza para comenzar el día; Leonardo comienza su discurso con una para regañar la asamblea universitaria ofuscada por ciberproblemas “si ayer fue el signo de la paz y hoy es el logo del mercedes, en las calles ya no hay niños internet los atrapo en sus redes”; Violeta ama este género espiritual y regala una a sus seres queridos cuando es la ocasión; a Javier el género lo ha visto creceré y es el Cupido con puntería a su lado, le ha servido para enamorar a más de una “A mí me alegra, somos de barro y no de piedra, creados para hacer el amor y no la guerra”; David, el culpable por omisión, hace graffitis con ellas para educar un poco a la sociedad insomne con la que habita; Sofía las pone antes de dormirse para llenas así su vacío espiritual “Y con Dios mantuve un pacto demasiado triste, el jamás habla conmigo y yo no digo que él no existe”; Y Nach ante este párrafo cantaría una que dice: “Este es el RAP que purifica el alma que la vida os mancha”.
De: Andrea Arango Gutiérrez

Hablar para persuadir

Hablar es un discurso. Sí, así nada más. Discurso, a secas y sin ninguna otra palabra que lo embellezca.

Pero mucho cuidado, no vaya usted a creer que así de sencillo es eso del habla o más bien, del discurso. Puesto que detrás de cada palabra se esconde una intención y un razonamiento difícil de plantear.

Sin embargo, no siempre se razona ni todas las personas piensan antes de modular alguna palabra, por lo tanto no todo acto del habla se debe considerar como discurso. De quienes hablan así, sin un esquema y sin un orden de ideas, es decir, que sí dialogan pero sin ninguna pretensión, se dice que hablan a la loca, inclusive cuando la loca es uno. Pero es cierto, lo que verdaderamente están haciendo esos sujetos es hablar por hablar, sin organización ni utilización adecuada de las palabras.

A lo que me refiero es que si una persona quiere persuadir, argumentar o hacer cambiar una opinión –propósitos del discurso- se va a cuidar de las palabras que utiliza, del dónde las utiliza y de la manera cómo lo hace para darle el sentido que quiera a su habla.

Por ejemplo: siempre será menos fuerte decir daños colaterales o caído en combate que muerto, autodefensa que paramilitar, confrontación que guerra, etcétera, etcétera, etcétera.

Sin embargo no es el campo político el único ámbito en el que se presenta dicho manejo de palabras, aunque es uno de los que más necesita del discurso. También está en la moda, en la literatura, en una conversación entre amigos, en una descripción de un cuadro, en fin, el discurso está en todos los lugares y en todos los momentos, al alcance de todos, siempre y cuando se hable con un propósito. Frases como perder es ganar, Dios ama a quien da con alegría o es que no me gustan tan morenos dan cuenta de la flexibilidad de la palabra para ayudar a mejorar la percepción.

Ese recibimiento es la finalidad del habla organizada, ya que esta es un intento de convencer al receptor que lo que digo es cierto, que yo tengo la razón. Inclusive, si no la tengo pero utilizo las palabras que me creen confianza, aceptación y credibilidad dentro de quien me oye, lo lograré persuadir.

Para esto existen diversas artimañas, desde frases, sentidos, ironías hasta simples palabras como nosotros o ellos o ustedes que indudablemente marcan la diferencia.

Aunque, a primera vista, pueda parecer sencillo no hay que dejarse engañar. Esto del discurso, que es el acto de hablar pensando, cuenta con variables como el público a quien va dirigido, el contexto que tiene, el tema tratado y lo que se pretende lograr, entre muchas otras más.

Por el momento, mientras avanzamos, analicemos todos los discursos e intentemos llegar al interior para descubrir cómo nos quieren persuadir y las palabras que utilizan los que más saben del tema.

Por Maria Clara Calle Aguirre.

viernes, 17 de octubre de 2008

Seguridad Burocrática

Durante todo el mandato de Álvaro Uribe se ha promovido la Seguridad Democrática, que en simples palabras significa confianza para todos los colombianos. Ese ha sido el slogan que ha utilizado el gobierno en estos 6 años para crearse cierta popularidad, la misma que ha hecho de Uribe el presidente más querido por su pueblo en toda América.

Bajo los tres pilares uribistas (seguridad democrática, confianza inversionista y cohesión social) se están asesinando en este momento indígenas de 15 departamentos por exigir respuestas acerca de los 57 muertos en el Departamento del Cauca, por protestar en contra del TLC y por defender las tierras que les han sido usurpadas por el paramilitarismo; quedando 400,000 indígenas sin lugar para vivir ni para trabajar. Por defender sus derechos, según la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, han sido asesinados 4 personas: Nicolás Valencia, Celestino Rivera, César Hurtado Tróchez y el otro nombre no lo sé. También han resultado más de 120 personas heridas de las comunidades indígenas, producto de las batallas entre las comunidades y el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), perteneciente a la Policía Nacional; quienes también han sido lesionados.

Los indígenas exigen un diálogo con el presidente Uribe o con el ministro del Interior y la Justicia, Fabio Valencia Cossio, para encontrar solución a sus problemas. Por su parte, el presidente Uribe en un discurso dado en la Universidad Santiago de Cali le dice a los indígenas que se creen en su imaginación la manera de pedirle disculpas a los policías.

Una nueva amenaza surge en el Urabá antioqueño y en el Departamento de Córdoba: Autodefensas Gaitanistas de Colombia. Son varios exparamilitares que se habían desmovilizado bajo la Ley de Justicia y Paz que decidieron reagruparse debido al incumplimiento por parte del gobierno. Los negocios de estas regiones -que están militarizadas- permanecen cerrados debido al miedo y a las amenazas que dicen recibir los habitantes. La policía y el gobierno aseguran que no sucede nada, que todo está bajo control.

Por otra parte tenemos los paros de la Rama Judicial y de los corteros de caña. Los primeros están volviendo a la normalidad debido al Estado de excepción (que es Conmoción interior en este caso) declarado por Uribe, que le da poderes judiciales a la Sala de la Judicatura para remover y reemplazar a todo juez y magistrado que se declare en huelga por una persona que no tiene la misma larga experiencia de los trabajadores en paro.

Los corteros trabajan 13 horas al día, 7 días a la semana, descansando dos domingos al mes, durante todo el año; para que se les pague $646 la hora, sin tener salud ni educación asegurada. Protestan por eso y por protestar el gobierno ha dicho que sus huelgas están infiltradas por las FARC.

También están los cientos de asesinatos, robos y violaciones que se cometen a diario en todos los municipios y ciudades de Colombia.

Al parecer la seguridad democrática no es para todos y sólo aplica para que el presidente pueda llegar al Palacio de Nariño en decenas de carros negros y polarizados sin recibir un solo tiro. Para que al Director de Fiscalías de Medellín (hermano del Ministro del Interior y la Justicia) le den casa por cárcel siendo presunto culpable de cometer 5 delitos. También puede aplicar para que las empresas gubernamentales y extranjeras puedan estar en cualquier lugar del país sin ser perjudicadas por los sindicatos. A su vez, esta seguridad funciona para culpar de todo a las FARC (paros, asesinatos, secuestros, destierros, etc) y evitar que este flagelo toque las altas esferas del país.

Por Maria Clara Calle Aguirre.

sábado, 11 de octubre de 2008

Bombea corazón

Que una nación laica sea sometida a las decisiones tomadas por la iglesia católica sólo pasa en el país del Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen María.

Como lo ven, a partir de las 12 de la tarde del 12 de octubre también estamos consagrados al cardio de doña María y todo gracias a un laico estadounidense llamado John Rick Miller. Este personaje, quien trabaja con una iglesia católica de Londres que le reza a la Virgen, tuvo la maravillosa idea de visitar las tierras colombianas para hablar con la iglesia, y de paso con Álvaro (el de los Santos), y decirles que Colombia debería ofrecerse a María para lograr la paz.

Por esta misma causa (la paz) nuestro país se puso en las manos o, más bien, en el corazón de Jesús en 1902, durante la Hegemonía conservadora y la Guerra de los Mil Días. La diferencia es que en ese entonces este terruño no era declarado laico, como lo es en este momento gracias a la constitución del 91. Se podría decir que cuando esos colombianos se entregaron y de paso nos consagraron, la Nación era católica y no había tantas religiones como las hay hoy en día.

Ahora, contando con todos los años que han pasado, con el progreso que vociferamos y con todos los percances que hemos tenido y por consiguiente la experiencia vivida, la iglesia decide qué hacer con Colombia en cuanto a la religión, sin respetar a los hinduistas, deístas, judíos, ateos, musulmanes ni a cualquier otra persona que no pertenezca al catolicismo, decidiendo por encima del derecho a la libertad de culto que tenemos todos los ciudadanos, como lo dice el Art. 19 de la constitución.

Una cosa es que yo pueda ser católica y pueda divulgar e invitar a otras personas a seguir el catolicismo, otra muy distinta es que la iglesia imponga la religión en un Estado laico y consagre a un país entero, incluyendo a quienes no creen en Padre, Hijo y Espíritu Santo. Me pregunto: bajo estas condiciones ¿cómo va a profesar libremente un budista su religión en Colombia, sabiendo que este es el país del Sagrado Corazón de Jesús y de María y no de Buda?

Quizá el monseñor Pedro Rubiano -quien dice que aunque este país es laico, la iglesia no lo es y que por tanto puede consagrar a Colombia- pueda decirle a los no católicos qué hacer con su religión y de paso responderme a mí la siguiente pregunta: ¿Monseñor, para usted qué es respeto?

Por Maria Clara Calle Aguirre.

lunes, 6 de octubre de 2008

Movimiento marchante

Era la misma calle de siempre. Todo estaba en completa normalidad, tanto, que no parecía que unos cuantos estudiantes inconformes hubieran pisado ese mismo cemento unos pocos minutos atrás.

Los trancones, los pitos, el humo y la manada de carros y peatones apresurados reaparecieron de la nada, como si se hubieran metido bajo la tierra a esperar que pasara aquella protesta. Los negocios volvieron a subir sus rejas, las mismas que cerraron -tal vez por temor al saqueo- unos segundos antes.

En ese momento se me hizo difícil creer que hacía apenas cinco minutos algunos estudiantes de la Universidad de Antioquia y otros pocos de la Universidad Nacional habían marchado por esa misma calle, rehusándose a la estigmatización que se le está haciendo a la universidad pública y a la criminalización de la protesta estudiantil. Sé esto porque lo leí en los carteles pegados en el Alma Máter, sino, si sólo hubiera sido una transeúnte que tuvo que parar su marcha para ver pasar a aquellos jóvenes, lo más probable es que me hubiera quedado sin saber el motivo. O tal vez pude haber creído que esos estudiantes marchaban en contra del secuestro y de la muerte del niño Luis Santiago, como lo pensó un chacero de La Playa que vio pasar la protesta y fue entrevistado por Radio Capucha Nacional RCN (unos encapuchados que iban preguntando, con cámara y marcadores que hacían de micrófonos en mano, qué daba más miedo: una capucha o la cuenta de servicios o una araña versus la capucha).

Casos como el de este trabajador dan muestra de los resultados que puede traer una movilización como la del 2 de octubre, aunque también es posible que todo se deba al desconocimiento de este señor y a la falta de atención prestante. No sé por qué la ciudadanía, para quien es la universidad pública, no sabe lo que pasa en ella, no sé qué tan culpables seamos los estudiantes pero más que todo, los marchantes. Para mí, algunos de ellos, con su manera de actuar y de hacerse notar, no representan ni respetan al pueblo pues es el mismo pueblo quien huye al oír los cánticos antiimperialistas y antiuribistas. Es ese pueblo y esa clase desfavorecida la que cierra sus negocios o busca otras calles para seguir en su afán al ver unos jóvenes con las cabezas y los rostros cubiertos. Quizá lo hagan por miedo, por aburrición o por rabia, esa misma que pueden llegar a sentir quienes tienen que lavar los rayones de los lugares dónde trabajan. No sé si los que se arman de aerosoles –no para hacer graffitis- son concientes que es la empleada del servicio quien tiene que pagar por sus actos, sin que a ella le paguen un peso más por el trabajo extra que está haciendo y que ninguno de sus garabatos logran afectar la economía mundial.

Hay maneras gráficas para hacerse sentir, rayar por rayar sin tener conocimiento acerca de lo que se escribe no es una de ellas. Además, hay que escoger el lugar preciso para hacerlo no cualquier muro impoluto que se aparezca en medio del camino y menos cuando aquellas paredes son de todos los marchantes. Como las del Hospital UNIVERSITARIO, al que van a dar todos los heridos de las peleas contra el ESMAD, y todos los descalabrados, y todo al que le estalla una ‘papa’ al lado. Hay que tener en cuenta que si una persona sale a defender su espacio y pide que no le ensucien las paredes hay que respetarlo, sin importar la calidad de la frase que se quiera escribir.

Algunas de estas reacciones, como la de cerrar los negocios, me hicieron preguntar qué habrán hecho estas personas para ser tan evadidas. ¿Será acaso por decir lo que piensan o la manera en la que lo hacen? o ¿por ser reprimidos por el Estado y hacer los daños que hacen? No justifico ni ataco sus pensamientos, sólo digo que por x o y motivo no reciben el apoyo de muchas personas, incluso de algunos estudiantes de la misma universidad. Por ejemplo, cuando la marcha llegó a la Facultad de Medicina para invitarlos a protestar, las personas de dentro y fuera de las aulas no pasaban de cien, debido a que los estudiantes y profesores, sabiendo con anticipación lo que iba a suceder, decidieron irse para la Facultad de Odontología.

Una posible respuesta a estos cuestionamientos podría ser la falta de identificación de los estudiantes con los actos que realizan algunos otros. O tal vez sea por la falta de efectividad. Quizá podríamos decir que las mociones que nos proponemos, como salir a la calle, se acercan más a una utopía de carácter político o económico que a la realidad social por la que luchamos, desechando así la oportunidad de hacer algún cambio y generando desazón dentro de los estudiantes.

Aunque también podríamos culpar de este desinterés estudiantil y ciudadano a las personas que marchan, rayan las paredes y tiran piedras porque alguien los invitó, sin siquiera saber qué está pasando.

Con sólo oír una pregunta como“¿Con B o con V?”, hecha por un encapuchado comunista a sus compañeros al momento de escribir la palabra Libertad se puede comprobar que no todos están por inteligencia propia. No es la pregunta sino quién la hace lo que me exaspera. Ya que si este “estudiante” hubiera leído así sea una simple definición del DRAE o mejor aún, el concepto de libertad que da Bobbio o Isaiah Berlin por lo menos sabría cuál es el peso de la palabra que estaba garabateando, y ahí hubiera sabido por qué hacer lo que hacía, en vez de ir con un aerosol en mano haciendo lo que otra persona le dijera.

Para nuestro infortunio, este no fue el único estudiante que rayó un muro sin saber el significado de lo que escribía. En Palacé con la Primera de Mayo, otro estudiante encapuchado se montó a un edificio para escribir “La educación pública es un derecho, no una limosna”; frase totalmente cierta, justa y valedera. Lo malo es que esta persona no sabía dónde poner la tilde en ‘pública’ y otros compañeros le tuvieron que recordar, entre risas, la tilde de ‘educación’, la misma que defienden con arengas y que parece que le falta a quien rayó en un muro las siguientes palabras: “(…)Albaro Uribe”, con la B de Burro y de Bestia, en vez de utilizar la V de Vaca, Vituperio o porque no, de Vélez.

Claro que también deben existir los estudiantes que hacen lo que hacen y están donde están por decisión, razonamiento propio. Afortunadamente, dentro de los protestantes, hay quienes conocen el real funcionamiento de las cosas que critican y es esa sabiduría y ese conocimiento los que les dan la propiedad para oponerse.

Ojalá que ellos puedan notar que lo que nos hace falta es unidad y respeto por nosotros mismos. Y es que si salimos a marchar en contra de la estigmatización que se le hace a la universidad pública no hay porqué defender a Fidel ni proclamar a Chávez. Si salimos a mostrar nuestro inconformismo frente a la imagen que se nos tiene, hay que cantar por eso no por el anarquismo ni el comunismo.

Digámosle a la ciudadanía por qué marchamos y repartamos más volantes para que se informen no para promover una idea en contra del capitalismo. No usemos estos espacios para hacerle propaganda a una idea política, unámonos bajo el verdadero propósito que haya justificado la decisión de salir a protestar, en este caso debimos haber caminado, corrido y saltado por la UNIVERSIDAD, no por las FARC ni por la posible democracia existente.


Por Maria Clara Calle Aguirre.
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Situación irónica: Mientras un hombre se partía la voz en plena Oriental y hacía un esfuerzo con su garganta hasta desgastarla para explicarle a la gente el porqué de nuestra movilización,
en la parte trasera de la marcha, algunos estudiantes vociferaban arengas sin dejar que la voz del hombre se propagara, como debió haber sucedido. En el momento en el que unos callaban a los otros, se vieron unas llamaradas que hacían arder la bandera de EEUU. Todo sucedió mientras aquel hombre se desgastaba para educar al pueblo , para y por el cual la Universidad pública existe.

martes, 23 de septiembre de 2008

La academia y la seguridad democrática

Se va a acabar el gobierno de la seguridad democrática con el saldo más grande de desplazamiento, y vamos a decir que fue que no nos dimos cuenta de cómo se llenaron los semáforos de seres humanos mendigando para sobrevivir, seres que ayer tuvieron tierra y pan. Es paradójico ver un plan de seguridad que pretende terminar con las FARC para dejar al campesino tranquilo y permitir su desarrollo, pero vemos todos los días nuevos vecinos en el semáforo y nuevas palmas de aceite ocupando el campo.

Seremos los ciegos que no quisimos ver. Porque aunque es cierto que el gobierno nos tiene en un letargo con sus golpes contundentes a las FARC, también es evidente que la tierra del campesinado va pasando a manos de grandes empresarios para le siembra de biocombustibles, que lograrán mover a un mundo petrolizado que se ha quedado sin el crudo; cuando debería, la tierra, estar sembrada con alimentos para calmar el hambre del mendigo, del barrio, de la nación, del continente, del mundo…

Estamos peor que los alemanes luego del holocausto, sin tener aparente idea de lo que hacían con los judíos durante el régimen, nunca se cuestionaron sobre lo obvio; por lo menos ellos no veían en directo los atropellos al ser humano, a ellos sí se les escondió la realidad más directa; acá vemos todo, día y noche, y seguimos pretendiendo vivir como si no pasara nada, con una sonrisa emprendedora que dice adelante presidente, porque los buenos somos más.

Entre más conocemos del tema, más culpables deberíamos sentirnos. Desde la academia, en las áreas de ciencias sociales y humanas sobretodo, somos los grandes, los campeones, los CULPABLES POR OMISION (así, en mayúsculas); porque son éstos, los temas de la sociedad colombiana, los que desentrañamos día a día, y seguimos como si nada mirando para el paramo. No sé con qué cara miraremos a las generaciones siguientes cuando se acabe toda esta vergüenza de seguridad democrática, no sé cómo vamos a responderles cuando nos pregunten ¿y vos que hiciste?

Andrea Arango Gutiérrez

jueves, 18 de septiembre de 2008

Tras las líneas

Hoy no les mostraré una joya escrita. Sólo quiero que mi lapicero caiga sobre la hoja en blanco y que los ríos de tinta corran por sus mentes, si no es mucho pedir.

Quiero escribir, aún sabiendo que no lo hago muy bien, como quien tienen poder y no sabe qué hacer con él. No sé si vender, corromper o desperdiciar mi escritura.
Quiero contar hasta diez y darle espacio a las ideas para que se organicen, aunque quizá dar tiempo al pensamiento y al intelecto no sea muy conveniente.

Lo mejor será actuar rápido, como un dirigente al momento de ejercer su cargo. Con afanes, presiones y desorden para que nadie se de cuenta de qué es lo que verdaderamente está pasando.

Será mejor esconder mi pensamiento tras las letras, mediar la verdad (palabras bastante complejas), para que ustedes no descubran lo que quiero decir.
Siento tener que hacerlo, pero mi derecho a la libre expresión teme correr por el miedo de ser ajusticiado, y más aún si esa justicia recae en un ciego armado y motorizado.Si esto está así, no quiero ni imaginar qué haríamos sin esta Política de Seguridad Democrática. No me cabe en la cabeza cómo fue Colombia durante la República, sin la Cohesión social que existe en este momento. ¿Cómo hicieron los que se liberaron para impartir una Política Cultural si ellos no tenían Confianza inverisionista?

Todo es un enredo díficil de comprender. Mi conciencia social no da para tanto, no sé si las de ustedes podrán. A lo mejor terminaremos olvidando todo esto, como lo hemos venido haciendo desde que nacimos.

Por Maria Clara Calle Aguirre. Desde la Gran Colombia o desde la Patria Boba, como lo quieran llamar.

domingo, 14 de septiembre de 2008

La dificultad de lo correcto

"Fuera de los cuerpos, y por tanto libres de hacer lo que quieran, sobre todo el mal, que como es de conocimiento general, siempre ha sido lo más fácil de hacer". José Saramago. Ensayo sobre la ceguera. Página 93.
Siempre se ha necesitado de mucha valentía, inteligencia y constancia para hacer las cosas que, por concepto general, son buenas. Es mucho más díficil emprender hacia la dirección de lo correcto -término bastante subjetivo- que tomar el camino fácil.
Un gobernante requiere menos capacidad para robar, mentir y mandar a matar que para repartir equitativamente los bienes públicos, para sostener, sin valerse de mentiras, el honor del pueblo o para ejercer el cargo como debiera. Pero no por eso el pueblo debe callarse y hacerse el de la vista gorda frente a todo acto corrupto, aunque claro está que en muchas ocasiones no es que la gente no quiera ver sino que no se lo permiten, tanto los medios como los mandatarios.
Jaime Garzón en alguna ocasión explicó de manera resumida y clara lo que, en teoría, es la democracia. Para esto hizo una apología con el manejo de una finca cualquiera. Supóngase que un sujeto, llamado Ciudadano, tenía un pedazo de tierra a la cual puso Colombia. Para mantener su finquita necesitaba de un buen mayordomo que la cuidara, la retocara, la pusiera a producir y manejara la platica que la finca le dejaba en ganacias. Por el deber que la finca acarreaba necesitaba de una persona que tuviera las condiciones para gobernala de la manera correcta, para elegir a esa persona buscaba a varios candidatos, ya fuera Carlos o César Gaviria o Álvaro Uribe o Ingrid Betancur. El nombre era de lo menos, mientras que esa persona le respondiera por su pedazo de tierra no importaba quién fuese. Cuando ya tenía a su candidato lo posesionaba como el mayordomo oficial de Colombia (recuerden que así se llamaba la finca). Si los huevos que la gallinas ponían se seguían vendiendo, si la carne del cerdo y de la vaca seguían intercambiándose con otras fincas y si el huerto seguía cosechando, pues debería verse el resultado en mejorías para sus trabajadores, Ciudadano debería seguir recibiendo dinero y debería notarse la inversión política, económica y social en la finca. Si esto no funcionaba, la culpa era del mayordomo, por lo que el dueño de la finca -el ciudadano- tenía todo el derecho de quitarle el mandato.
Así es como funciona la democracia, en teoría claro está. Porque donde así fuese en la práctica habría muchos más sindicatos, los periodistas podrían investigar y mostrar a la luz pública la realidad sin temor a morir, se respetarían las ideas de los partidos de oposición sin necesidad de ser ridiculizadas o escondidas. Mejor dicho, si la democracia se practicara -verdaderamente- en Colombia, esto sería un paraíso. No tendríamos gobernantes 'paracos' ni guerrilleros, podrían existir los campesinos sin temor a ser asesinados por militares debido a "presuntos vínculos con las FARC" (como le fascina llamarlo a la prensa). Esa mayoría de colombianos que están en la miseria o en la pobreza tendrían acceso a la educación y a la alimentación que, supuestamente, es de todos.
Pero como es saber del pueblo, las cosas NO SON ASÍ. Cada colombiano debería expresarse, pues como dice Saramago en otro aparte de Ensayo sobre la ceguera "La voz es la vista de quien no ve". En este país sí que es válida esa afirmación, con todo lo que los medios, aliados con los gobernantes, nos ocultan. La voz del pueblo debería pronunciarse de tal manera que fuera imposible de callar u olvidar.
Es un dolor y una agonía constante saber que cientos de niños mueren de inanición, y no sólo en las selvas o en los pueblos más recónditos, no. La desfachatez de nuestros altos mandatarios es tal que ha permitido que este flagelo y muchos otros más se hayan reproducido hasta afectar a las grandes ciudades, donde se supone que un país centralista (como lo es Colombia) debería tener más desarrollo. Duele saber que verdaderamente es posible que una persona se muera en las puertas de un entidad de salud "pública" por el simple hecho de no estar a paz y salvo con la cuenta con la cual paga su derecho.Irónico. ¿Qué clase de médico hay que ser para permitir esto? Pues se tiene que estar en el mismo grado de podredumbre del mandatario que sabe la realidad de su país y no hace nada. Simple y sencillamente porque es más fácil robar que gobernar, aunque a simple vista parezcan sinónimos.
Por Maria Clara Calle A.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Con el tono perfecto

Una de las verdades más ciertas (valga la redundancia) que he oído me la proporcionó una canción que afirmaba: “Todo pasa y todo queda”, Que afirmación tan severa, tan compleja y a la vez tan tonta y tan simple.

En realidad todo pasa, “todo tiene su final, nada dura para siempre”, como diría el gran Lavoe. Todo se tiene que acabar, todo. La felicidad, la dificultad, la amargura, el amor, los viajes, la euforia, todo tiene que acabarse, o no precisamente acabarse sino pasar a otro plano, al de los recuerdos. Es allí donde todo queda.

Los momentos pueden ser pasajeros, pero lo que nos queda de ellos perdurará para siempre, así sea en la memoria, de manera intangible y sin espacio a las modificaciones, pero quedará vivo en el recuerdo.

Hay muchas maneras de hacer gritar ese pasado, de rememorarlo, de traerlo a la vida. Unos lo hacen llorando, otros lo escriben y algunos pocos logran acompañarlos tonos precisos para poderse expresar. Los verdaderos músicos son magos del tiempo y de la vida, porque son capaces de poner en 3, 4 ó 10 minutos lo que les ha pasado en años.

La música no tiene discriminación alguna con sus diferentes ritmos. Los magos del arte han hecho cambiar algunas cosas y a algunas personas desde la salsa, la balada hasta el rock y el rap. He de detenerme en este último. El “R de revolución, A de actitud, P de poesía”, como lo definiría Nach Scratch, es un ritmo incomparable, que más que un ritmo es una melodía que se adapta a las inconformidades o a las desgracias o a la felicidad para mover a centenares de personas para poner sus mentes a pensar y a reflexionar.

Música: Dolor del alma y alegría de la vida. ¿Cómo hace para tener siempre el tono perfecto al hablarnos?

Aún no defino si son los sentimientos los que se acoplan a cada canción, o si es que hay una canción para cada sentimiento.

La música es buena para bailar, para saltar, para gritar, para oír, para cantar, para tararear, para silbar, para leer, para analizar, para llorar y para reír. Es buena para infinidades de cosas y en todo, a excepción de la lectura y el análisis, es la mejor. Pues cada cosa que hace, la hace con tanta delicadeza que nos eriza la piel y con tanta sutileza que no nos damos cuenta cómo ni cuándo entra a nuestras vidas, simplemente sabemos que ya entró en el momento de sentirla latente.

Y es que siempre llega con el tono perfecto, en el momento perfecto.

Por Maria Clara Calle Aguirre.

domingo, 31 de agosto de 2008

Información excluyente

No todas las personas pueden gastar 1.200 ó 1.300 pesos diarios para comprar periódicos como El Espectador, El Tiempo o El Colombiano y, no nos engañemos, tampoco es un interés general. Para eso está la radio y la televisión, pensarán algunos. Emisoras como Rumba Estéreo, o programas como la Cosa política pueden decir lo que los lectores pueden observar en los titulares de cualquier periódico, porque eso sería lo que harían muchas personas, leer los titulares pero no el artículo y mucho menos leerlo completo.

No hay tiempo para formar criterio y mucho menos si este se forma leyendo un periódico que ensucia los dedos. Para eso está el noticiero de las 7 (en RCN, claro está) y las noticias que Olímpica pueda transmitir durante el día, no importa que éstas informen bien o mal, mientras de política se trate. Porque eso sí, si quiere saber dónde están robando, cómo y cuándo asesinaron a una persona o que madre le pegó a su hija y cómo lo hizo, se necesita que la noticia sea verosímil (Así define el DRAE: “Creíble por no ofrecer carácter alguno de falsedad”), así el hecho no sea cierto y nunca haya ocurrido. Y pues si de coronar se trata, ya tenemos un campeón: La Chiva.
Este periódico tiene unas oportunidades que cualquier periodista y cualquier medio desearía tener: accesibilidad del público debido a su bajo precio, acogida en todos los barrios y en todos los estratos de la ciudad y, como si fuera fácil lograrlo, la capacidad de llegar a la mente de miles de personas.

La cosa se maneja de una manera muy sencilla, si tienes plata te damos La República (periódico de economía) o El Espectador, con alta calidad de noticias, verdaderamente formadoras de criterio, analíticas y veraces. Pero si no tienes $3.000 (valor de algunos periódicos los domingos) pues no puedes acceder a la información crítica que mereces, esa información es para quienes la puedan pagar. A ti, que puedes gastar $800 ó $900 te damos “noticias” sensacionalistas, con titulares como muerto a puñal o sale de la ‘guandoca’ y en letras rojas y amarillas.
Grave falta de la comunicación. Ponerle precio y límites a una información que debería ser para todos, que, en teoría, es democrática y no rechaza a las minorías. Pero lastimosamente la teoría no es lo mismo que la práctica y pareciera que algunos periodistas (que no deberían tener tan grande título) no supieran de la existencia de la ética profesional que acompaña permanentemente a tan grata profesión.

Soñemos con que algún día la noticia será verdaderamente una noticia, con los parámetros que la acompañan, y que todas las personas que ejercen el periodismo entiendan que la ética y la investigación son inseparables de esta profesión. Y ya que estamos soñando, no quedaría mal imaginar que algunas periodistas entiendan que no nos interesa saber quién se enredó en el tapete de la Casa de Nari (muy popular por estos días) y mucho menos quién monta bien a caballo o quién no lo hace. ¡Eh! Que tan bueno es eso de soñar.

Por Maria Clara Calle A.

lunes, 25 de agosto de 2008

¡Oh, Mafalda!


Si todos leyeramos varios periódicos como los que lee Mafalda -y no las patrañas del dúopolio mediático colombiano- quizá podríamos hacer comentarios como los de este personaje.