miércoles, 23 de diciembre de 2009

Dos guitarras

Él las mira, se admira y queda satisfecho; el otro las siente, las imagina, las saborea, se sonríe y se deleita: Ellos buscan su mejor nota.

Andrea Arango Gutiérrez

viernes, 27 de noviembre de 2009

FOTOS

Camino a la muerte
(Entrada al cementerio central de Santiago de Chile)




Momento de libertad
(Patio de ex carcel en Valparaíso, donde Pinochet torturaba y reclutaba los opositores)



Andrea Arango Gutiérrez.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Una célula revolucionaria

Hubo alguna vez un joven con una célula revolucionaria al lado izquierdo, más izquierdo de su pecho, más de lo normal, que sonaba pum-pum, pum-pum, pum…pum, pum-pum, pum-pum, pum…pum. De vez en mes se aceleraba aquél arrítmico sonido, cada que corría en alguna huida: en la noche luego de llenar paredes de afiches, con harina disuelta en agua hervida o en las tardes después de lanzar pesados móviles a policivos seres.

Desde los 17 leía a Marx y a Nietzsche, a los 21 más a Lenin que a Mao. La economía le permitía a aquel joven entender su entorno y la poesía liberarse de él. Prefería el sonido sereno de su célula, la cabeza fría y los pies sobre la tierra; pero el pueblo a veces necesita de acelerados latidos.

Pese a las necesidades populares y a las críticas de sus compañeros, nuestro joven amaba los placeres burgueses; el vino, la poesía, la literatura francesa y la música clásica, especialmente a Mozart. Todas las noches, antes de apagar la luz, practicaba yoga acompañada de su música, leía un poco de Rojo y Negro de Stendhal (aunque sabía que Marx prefería Balzac, él no cambiaba por nadie a Flaubert) y arreglaba las cosas meticulosamente para el día siguiente.


Tal vez sea demasiado hablar de aquella célula. Una vez, su arrítmica rutina cambió de una forma especial cuando la vio. Ella era la más bella entre todas las mujeres, la única, singular, la más leída e inteligente y con una armoniosa célula del lado izquierdo de su pecho, como comúnmente está.

Ella prefería un sereno ritmo siempre, y de vez en mes quería que la serenidad continuara. Desde entonces el joven que hubo una vez, dejo de ser. Ahora los dos preferían las poesías, el vino, la literatura y por supuesto el amor, el eterno e idílico amor; una entrega total al egoísmo mutuo y a la armonía constante.

De su célula revolucionaria quedó poco, pero ella seguía al lado izquierdo de su pecho. Comprendió que el pueblo no necesitaba salvadores sino educadores y que los salvadores tienen más egocentrismo que amor por un mejor futuro.



Andrea Arango Gutiérrez.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Remember, remember the 5th of november

“We are told to remember the idea and not the man. Because a man can fail. He can be caught; he can be killed and forgotten. But 400 years later an idea can still change the world. I have witnessed firsthand the power of ideas. I’ve seen people kill in the name of them and die defending them”

In the movie "V for Vendetta"








Guy Fawkes existed and really he tried exploit the parlament with fireworks's keg in the basement the day of his aperture -the 5th of novemer- and murdered the protestan king of England Jacobo VI en 1605, with other pour people who then made ten at all.

All these plan was inspirated for protestan persecution and discrimination to catholics and they want a catholic king. After the plot was discovered the catholics feel the opression and could not vote until 1829.
The 5th of november Guy Fawkes was been arrested and he confessed his intention for flowing the parlament and kill the king, never reveleated the name of his partners. He was executed and his body cut in a pieces and expose for been eaten by animals.

Now the english commemorated the 5th of novemer throwing doll of Guy Fwkes at the fire.


Andrea Arango Gutiérrez.






























viernes, 23 de octubre de 2009

Instrucciones para suspirar

Inhale la cantidad de aire suficiente como para que sus pulmones se llenen de aire y exhale inmediatamente. En dos segundos su suspiro puede ser satisfactorio.

Si la exhalación es con la boca abierta sonará "Aaaaaa" y si es con la boca cerrada el sonido será algo así como "Mmmmmm"; a mayor cantidad de aire inhalado, mayor cantidad de as o emes pronunciadas, de cualquier forma el sonido siempre será descendente.

Ahora bien, las causas de los suspiros son diversas: El alivio de culminar una ardua labor puede hacerlo a uno suspirar, la satisfacción al final de un acto placentero también. Podría uno suspirar anhelando el pasado o imaginando un lindo futuro, incluso un catastrófico porvenir o suspirar luego de reprimir la ira.

A veces los suspiros son silenciosos, pero en todo caso quién se encuentre cerca lo notará e imaginará sus causas; nunca es bueno preguntarlas.


Nota: Cuando alguien nota que otra persona suspira es porque posee la facultad de considerar al otro, de tenerlo en cuenta, una característica no muy común en los seres humanos y muy común en los enamorados.


Andrea Arango Gutiérrez.

viernes, 16 de octubre de 2009

La censura de Claudia López

En nombre de mayor equidad social o de seguridad un gobernante puede llegar al poder y perpetuarse en él; apelando al deseo de los gobernados se queda en el poder y termina utilizando el Estado para beneficio propio o de particulares, hace demagogia. Para prolongar un poder que no beneficia el interés general un gobierno debe recortar libertades civiles y políticas: impedir la asociación, la participación política y la libre expresión. Censurar los medios de comunicación y limitar así la opinión pública, la opinión de los gobernados, la voz de los que piden de nuevo libertades y un actuar en beneficio público.
Cuando un gobierno garantiza la libertad de opinión, de expresión y asociación permite que la sociedad tenga un control directo del poder. Un gobernante nunca podrá hacer demagogia protegiendo la libre opinión pública, ya que de ella depende la transparencia en la política, el buen funcionamiento de una democracia liberal y la efectividad en la equidad social o lo real en la seguridad.
El martes 13 de octubre, el periódico El Tiempo al final de la columna “Reflexiones sobre un escándalo” de Claudia López hizo una nota de la dirección, interpretando la crítica de la periodista al cubrimiento del escándalo de Agro Ingreso Seguro (donde en detrimento de Juan Felipe Arias mostraban a Juan Manuel Santos como el beneficiado por el escándalo) como una carta de renuncia que aceptaba de manera inmediata.
Una investigadora tan seria y comprometida con la transparencia en la forma de hacer política en Colombia como Claudia López, (quién dio a conocer en fenómeno de la para-política) se ve censurada por su casa editorial a causa de la crítica que hizo a la misma, con el fin de construir periodismo no en beneficio político- que Juan Manuel Santos gane popularidad- ni económico –para ganar la licitación del tercer canal- sino enriquecer un periodismo independiente que es en últimas el que ayuda a fortalecer la democracia.

Andrea Arango Gutiérrez.

viernes, 9 de octubre de 2009

Social democracia

La equidad en la distribución de los recursos es el fin del socialismo democrático. Por medio de una participación constante y activa en las instituciones, no sólo en los asuntos políticos sino también en los económicos, los ciudadanos buscan participar en la burocracia, la economía, las fuerzas militares, las decisiones gubernamentales, etc.; para lograr así relaciones sociales igualitarias y horizontales. Existe desde esta postura ideológica una crítica a la democracia liberal que busca representación más que participación, pues en una democracia representativa no puede haber un control directo del manejo común de los recursos.
Es importante destacar el papel de la educación en la búsqueda de equidad por medio de participación política directa, pues para la existencia de ciudadanos veedores de los asuntos públicos, y activos en consejos comunales y de fábrica se necesita una instrucción pública mínima que proporcione el entendimiento de la política y la economía.
Nota: La claridad, casi siempre, es gracias a Norberto Bobbio.
Andrea Arango Gutiérrez.

viernes, 2 de octubre de 2009

Día mundial de la No-violencia


Hace 140 años, en un día como hoy nació Mahatma Gandhi , que con su discurso de la no-violencia logró formar un movimiento nacionalista apoyado en el hinduismo que llevó a la independencia india de las colonias británicas en 1948.

La no-violencia no es propiamente pacifismo. Es una forma de resistencia o protesta que no justifica la violencia por ser injusta ya que tiene como objetivo darle fin a la vida del enemigo; pero sí aprueba formas de resistencia que a veces se puedan tornar agresivas. Es utilizada en momentos coyunturales donde la población está inconforme con su forma de gobierno o las condiciones de vida y pueden ver al responsable; para que así juntos por un bien común hagan actos publicos donde se manifiesten sin utilizar la violencia.

Luego de la segunda guerra mundial rechazar la violencia ha sido un gesto generalizado. La primavera de Praga, mayo del 68, las manifestaciones en contra de la guerra del Vietnam, de Bosnia e Irak han sido no-violentas.

Es paradójico que Gandhi haya muerto asesinado por un extremista de su etnia. Y también es paradójico que países golpeados sin tregua por la guerra sigan creyendo que la solución es más guerra, como Colombia que quiere seguir con proyectos como la Seguridad Democrática.



Andrea Arango Gutiérrez.

jueves, 1 de octubre de 2009

Una nueva casa en Altiva y Sonante

De niña, Ella nunca vivió con su papá. Siempre sentí que nos parecíamos en algo.

La mamá le decía que no llorara, que entendiera que él se tenía que ir, pero le era difícil entender porque no lo volería a ver durante mucho tiempo.

Mi papá también era así. Cuando las dos éramos niñas, veíamos a nuestro padre una o dos veces al año. Él en Bogotá, Ella en Medellín y yo... bueno, yo no soy el personaje del cuento.

Nunca me gustaron las despedidas, muchas veces de niña le prometí a Ella que yo nunca dejaría un hijo. Cuando crecí entendí que lo nuestro nunca eran despedidas porque él simplemente se iba para otro lugar sin dejarme sola y mucho menos a Ella.

Hijos he tenido muchos, todos han sido escritos o producciones radiales, la mayoría publicados en este blog. No es que esté dejando al mayor de todos, Devoz, Paravos; simplemente me voy a otro espacio donde también voy a publicar mis cosas. Al igual que el papá de Ella, me tengo que ir por necesidades personales.

Seguiré escribiendo en Devoz, Paravos ocasionalmente. Ahora, Ella y yo estaremos solas en AltivaySonante.blogspot.com

Nos seguiremos leyendo.

Maria Clara Calle Aguirre.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Ingredientes de un noviazgo

Por Maria Clara Calle.

Siempre he tenido ciertas adicciones. Morder a mi novio es una de ellas, porque me gusta verle la cara de susto que le da cuando me acerco muy rápidamente.

Hace unos días estábamos los dos caminando por la universidad. Mientras yo intentaba morder su brazo, poniéndolo a la altura de mi boca, se nos acercó un señor. Mi novio y yo pensamos que nos iba a preguntar dónde quedaba algún bloque, debido a su traje de paño azul oscuro, su pelo canoso y el maletín que cargaba en su mano.

Cuando él estuvo más cerca, fue metiendo su mano derecha en el bosillo izquierdo de su pantalón y nos dijo:

-Aquí tengo sal y pimienta.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Vaya pagando

Por Maria Clara Calle.

"Aquí, por donde
uno voltea, es plata".
Desplazado de Dabeiba en Medellín

Cuando mi mamá y mi papá me decían que a nadie se le negaba un vaso de agua, creí que era en serio.

Después de muchas vueltas, muchas llamadas y de que todos dijeran que no, mi novio y yo terminamos yendo solos al Tíbiri. Siempre sentí que ese lugar no estaba contaminado por lo de afuera. Mientras yo bailaba salsa, el mundo se iba para otra parte. Ayer me di cuenta de lo boba que soy.

Mi novio no podía tomar una sola gota de licor, por unos medicamentos que se ha estado tomando. Yo, con cada trago de cerveza, hago un intento para que me pase por la garganta. Pero uno hace el esfuerzo, al fin y al cabo quería bailar algunas canciones con Juan.

Llegamos a alguna hora de la noche. Yo pedí una cerveza y luego de tenerla en la mesa, nos dimos cuenta que vendían Quatro, la bebida preferida de Juan. "Señor... señor". Alzada de mano, intento de llamada. Él mira y hace un gesto con los cinco dedos de la mano. Se va a atender la mesa del lado, la que tiene tres gordos con cadenas de oro que apenas se están sentando.

El señor les lleva la botella de ron a los tres gordos y se oculta detrás de la barra. "SEÑOR". Él menea su cabeza y se dirige a nuestra mesa. "Nos trae una Quatro por favor". Por mi parte, intento hacer que esa Costeña pase cómo sea.

Seis canciones después de haber llegado, llamo a otro mesero. Luego de esperar que atendiera a otra mesa con una de guaro, le pido un vaso de agua. "No, no te podemos dar nada. El consumo mínimo son dos cervezas", y se va. Nos faltaba una compra de mil pesos para ajustar el "consumo mínimo" que me acreditaba a pedir un vaso de agua.

La canción de ese momento, todavía no se ha terminado y el mismo mesero vuelve a nuestra mesa. "Eso es que se arrepintió y me lo va a traer", pensé.

-Mirá, lo que pasa es que necesitamos la mesa.
- ¡¿Cómo así que necesitan la mesa?!
-Sí, es que hay mucha gente.
- Señor, nosotros estamos consumiendo - no sé cómo hice para que las palabras me salieran- Que pena con usted, pero yo no me voy a para.
-...
El señor se va de la mesa.

Juan me pregunta qué hacemos. "Nos vamos cuando queramos".

Me digo que compramos otra Quatro, cumplimos con el "consumo mínimo" y nos quedamos en la mesa haciéndoles perder plata.

Juan y yo intentamos bailar para que mi rabia se calme. Los pies, los mismos que hace 1 canción me respondieron tan bien, no coordinaron con el ritmo de la música. Ya no quiero bailar en ese lugar. Ya no es la burbuja del mundo, entendí que el Tíbiri es sólo un bar donde lo único que importa es la plata, como en todo.

La indignación y la rabia le pudieron a mi orgullo y a mis ganas de hacerles perder clientes. No fui capaz de bailar ni durante un minuto seguido. "Juan... me quiero ir".

Mi último acto antes de jurarme no volver, fue ir donde el mesero del vaso de agua, el que me pidió la mesa. Unas palmaditas en el hombro izquierdo y unas cuantas palabras: "Amigo, muchas gracias por ese servicio".

Todavía pienso que lo de no negar un vaso de agua, va en serio.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Comprensión

Te veo y te conozco en la luz, te toco y te reconozco en la oscurridad, te siento y mi alma pierde su melancolía, te oigo y mi oído recupera su melodía, te esucho y recuerdo... que detrás de cada palabra se esconde una mentira.

Andrea Arango Gutiérrez.

viernes, 21 de agosto de 2009

Anarquismo o autoritarismo, libertad o autoridad

El hombre con la ciencia y a través de la razón ha encontrado dos caminos: Uno que parte de la buena o neutral antropología, y encuentra en la razón práctica o moral la posibilidad de auto gobernarse, respetar al otro en una ética de inclusión, convivir en sociedad, prescindir de la autoridad y ser libre en la igualdad. Y otro que parte de una antropología egoísta que por medio de la razón instrumental puede potencializar el bienestar personal en detrimento del otro, una ética utilitarista que finalmente encuentra la libertad limitada, pues ella termina donde comienza la del otro egoísta; por lo que la presencia de una autoridad se hace necesaria para garantizar la vida en sociedad y a mayor autoridad más orden social.

Exceso de morfina para un suicida

Por María Clara Calle.
"Quien tiene conciencia de su melodía profunda, no tiene necesidad de hacerle daño al otro". Mandala Africano.


Un recuerdo lo persigue pero no sabe bien cómo es. Siempre son las mismas siluetas confusas: una calle serpenteante, un sol tórrido y la sangre en manos del otro, que no sabe quién es.

Con sus audífonos en sus orejas y su walkman en la cintura, Manuel recorre todo Medellín, jugando al torero con los carros; porque para él, es más peligroso el juego de caminar. Manuel no oye los frenazos ni los gritos de los conductores iracundos que estuvieron a punto de pisarlo. Él está inmerso en su música.

Después de muchos juegos, de muchos riesgos, vuelve a su casa por las laderas empinadas. Ya es de noche y el toque de queda va a empezar. Mejor estar en el sitio al que pertenece.

-Hola. Buenas noches. ¿Cómo han estado?
-Deje esa pendejada de hablarme siempre en plural. Yo soy su mamá, no sus mamás- Dice Adela a manera de bienvenida.
-No se preocupe Adela. Eso es porque usted es muchas personas para mí.

El mismo recorrido de siempre: esquivar la cama de Adela y llegar al colchón donde él duerme. Quitarse los zapatos, pero nunca los audífonos. "Hay que evitar los problemas", dice Manuel.

Otra vez de noche, otra vez durmiendo, otra vez soñando el mismo sueño. Una calle serpenteante, un sol tórrido y la sangre en manos del otro, que no sabe quién es.

Empieza otro diá. Desde muy temprano, Manuel se va a jugar al torero.

-Adela, chao. Que les vaya bien. Me voy con Pedro.
-Mijo... A Pedro lo mataron hace dos meses.
-...
-Yo sé que es difícil, pero yo...
-No se preocupe, Adela. A mí no se me ha olvidado.

Manuel

Yo siempre caminé las calles con Pedro. Desde que éramos niños bajábamos de la loma para reconocer esa ciudad que, desde arriba, por la noche, se veía como pequeñas lucecitas.

Un día nos pasamos de nuestro sitio, de las vallas que marcan el límite de nuestro barrio con el del frente. De ahí en adelante, sólo recuerdo unas cosas: una calle serpenteante, un sol tórrido y la sangre de Pedro en manos de alguien, que no sé quién es.

Adela me dice que a mí me encontraron porque me estaban comiendo los gallinazos. Cuando desperté, ella estaba en frente y me decía "vámonos para donde un médico". Muchas drogas, muchas pastillas, muchos tratamientos para intentar saber quién era yo antes de eso.

No sé porqué, tenía un walkman en mi cintura. Una canción exactamente pausada en la frase que decía "hay cosas que no voy a olvidar. La noche que dejaste de actuar solo para darme amor (...) Personas que me quiero llevar, aromas que no voy a olvidar, silencios que prefiero callar mientras vos jugás". Mientras nosotros jugábamos a caminar por la ciudad, mientras jugábamos a ser nosotros.

viernes, 14 de agosto de 2009

Los científicos y los intelectuales de la política

...la opinión pública puede influir sobre las cuestiones morales y
políticas, y esa es la tarea de los columnistas e intelectuales: crear
las condiciones conceptuales para encuadrar nuestro atraso cultural,
para apreciarlo desde una perspectiva histórica, y para plantear
las preguntas que abran el pensamiento a un nivel más alto...
Iván Darío Arango
Las ciencias naturales tienen como objetivo el conocimiento general de la naturaleza, su dominio y transformación en pro del bienestar humano. Por el camino de la observación neutral, objetiva y libre de valores, el hombre ha creado leyes universales que facilitan a los estudiosos la comprensión y modificación del entorno; la manipulación de la naturaleza es el más alto grado de su comprensión. La industrialización de occidente fue gracias a su dominio y la sensación de progreso por los avances científicos, se generalizó.[1]
Las ciencias de la sociedad, ante el evidente éxito de las naturales adoptaron su método; y es la ilustración la más clara muestra de ello. La verdad sobre los temas morales, políticos o históricos era adquirida gracias a la observación y creación de principios generales que se sistematizaban[2] y cualquier ser humano podía acceder a ella por medio de su propia inteligencia. Pero pretender comprender los asuntos humanos de forma objetiva y neutral, es desconocer el contexto social en el que se encuentra inmerso el conocedor.
En el objetivo de ser universal y atemporal, la ciencia olvida que los creadores de ella fueron hombres de un tiempo y una cultura. Cuando queremos estudiar un texto podríamos leerlo y dejarnos mostrar sólo lo que el autor quiere que veamos, o complementar sus argumentos con el contexto, para hacer una interpretación más amplia de lo que está detrás de las palabras del autor. Entenderíamos a Platón de otra manera si no supiéramos de su permanente discusión con los sofistas, Hobbes no sería el mismo sin las guerras de religión o Carl Schmitt sin el régimen nazi. Cada hombre es hijo de su época.
La ciencia política es hija del positivismo y pretende reemplazar lo normativo por lo descriptivo, y lo valorativo por lo explicativo, desde lo objetivo y neutral. Nombrar problemas, describir las características de los hechos y clasificarlos es el fin de la ciencia política[3]. Se centra en el objeto, comprueba y verifica, pero olvida la importancia de comprender primero al sujeto; pues sin el sujeto el objeto deja de existir.[4]
Lo político no conoce puntos medios[5]. Una visión neutra de la política desconoce su naturaleza, lo público gira en torno a las necesidades y deseos humanos; entre la descripción de un fenómeno político y la prescripción de la mejor forma de gobierno existen necesidades humanas reales, de estar dentro de un régimen que las satisfaga necesidades y de no ser así, la necesidad será de estar por fuera de él.[6]
Si el científico político quiere tener alguna pertinencia y utilidad dentro de la sociedad, (como la tuvieron los Philosophes franceses en el siglo XVIII proponiendo tolerancia e impulsando la ciencia como emancipadora del hombre) debe replantear el uso del método científico positivista que lo esteriliza cuando le exige la neutralidad y objetividad; pues lo aleja radicalmente de todo tipo de valores. Cuando además de conocer la verdad y estudiar lo político, el científico se siente comprometido con el bienestar de su sociedad e inmerso en los valores propios de ella, y participa en los debates públicos sobre sus valores, su sociedad y su política; es parte activa en las transformaciones y así puede tomar posición luego de haber hecho un estudio analítico y riguroso, para contribuir como intelectual.[7]
Para analizar el mundo en el que vivimos y saber de qué forma podemos vivir mejor en comunidad necesitamos además de la observación, el dialogo y debate humano que nos lleve a construir consensos generales. El especialista, científico, estudiosos y observador de los hechos políticos, puede mostrarle a la sociedad, en su papel de intelectual, que es lo aceptable y lo no aceptable en política; no las verdades absolutas sobre lo que es bueno y malo, sino “…ayudar a distinguir entre lo mejor y lo peor”[8]

[1] APPLEBY, Hant (1998). La verdad sobre la historia. Barcelona: Andrés Bello, p. 30-40
[2] Ibíd., 45
[3] TAYLOR, Charles. “La neutralidad en la ciencia política” en Resurgimiento de la teoría política en el siglo XX. Filosofía, historia y tradición ” (1999) México: universidad nacional autónoma de México, p.63
[4] STRAUSS, Leo. “¿Qué es filosofía política?” en Resurgimiento de la teoría política en el siglo XX. Filosofía, historia y tradición ” (1999) México: universidad nacional autónoma de México, p 108
[5] Ibíd., 101
[6] TAYLOR, op cit., 75
[7] TODOROV, Tzvetan (1998). El hombre desplazado. Madrid: taurus, p. 267
[8] Ibíd., 271

viernes, 31 de julio de 2009

Soy un ser humano y un ser urbano

En Camilo y Sebastián

Camino por la urbe entre autómatas de traje y corbata, de objetos de lujo; con alma pero sin conciencia de ella; por la calle entre beodos sin nombre, con alma y con calma; por la acera entre ruido y contaminación, motos, carros y buses sin calma, sin alma.
Paso desapercibido bajo mi roja chompa, me siento desapercibido gracias a la música en mis oídos; me sumerjo de nuevo en un lento caminar y quiero recordar lo que hice ayer, pero una linda chica de cabellos que combinan con mi chaqueta desvía mi atención, observo con calma su apresurado caminar y el suave meneo de caderas que le acompaña, la dejo de ver cuando voltea la esquina, y entonces vuelvo a estar atento del que corre, del que pita y el que me mira cuando grita, pero no me ve. Aun los recuerdo; en mi mente quedan los rastros de sus rostros luego de ver la hora; en mi caminar los vi a todos, me percaté de ellos.
Me siento en el paro del bus, ignorando la calle, para ver el graffiti que siempre espera allí a que alguien lo aprecie. Me gustan sus colores vivos y formas curvas; nunca lo leo, no quiero que me incite a meditar, no me importa su ética, quiero su estética, lo que me deja ver. De reojo veo el transporte que me acerca a los parceros.
Parado en el bus siento el aire entrar por la ventana y cierro los ojos para apreciarlo mejor, abro mi brazo y dejo entrar un poco de viento en mí, me gusta lo fresco que se siente. Canto la canción que ahora entra por mis oídos y quisiera moverme al son de ella, por ahora sólo muevo la cabeza, así está bien.
Cuando llego al parque monto con los panas y me prendo el bareto; ahora sí en mi salsa, ahora sí interactuando y no solo con monólogos.
Pienso de nuevo en la peliroja y en las gentes de esta ciudad, me pregunto por el lugar de su corazón, conciencia y alma; a veces me preocupa convertirme en uno más de ellos, en un normal, y me preocupa más que no se inquieten de ser autómatas.
-¡Parcero!, veni y fumate otro que te tostaste.
-¡Voy!


Andrea Arango Gutiérrez.

sábado, 18 de julio de 2009

Otra perspectiva de lo común: De la Universidad a la Casa

Por María Clara Calle.

Estas cosas que uno siempre piensa, estos viajes que uno siempre hace. Un lugar común del que parte el mismo bus en el que siempre viajo. El Coonatra sale de la Universidad de Antioquia, a eso de las 10 de la noche, conmigo abordo.

Antes de montarme, me despido con un prolongado beso del hombre al que amo. Me comienzo a subir a las escaleras metálicas y antes de pasar la registradora, el busero arranca. En una frase corta le digo al hombre al que amo: "Es que estaba esperando por mí, a que nos despidiéramos".

Mis pensamientos, los de siempre, continúan.

El bus pasa por la misma ruta de siempre: Universidad de Antioquia, Universidad Nacional, la Minorista, Calle Colombia, barrio Carlos E. Restrepo, Luis Amigó.

El semáforo que queda al frente de esta última universidad está en rojo. En la acera del frente, dos perros callejeros caminaban juntos, uno negro y otro café. El perro café, que era más pequeño, paró en medio de la acera mientras que el negro seguía caminando. De un momento a otro, el perro negro, que era más grande, volteó para mirar a su compañero y paró su caminar. Aunque parezca patético o increíble, el negro deshizo sus pasos para volver por el perro café y cuando estuvieron juntos de nuevo, comenzaron a caminar. Eso sólo lo había visto en las películas.

El Coonatra sigue andando, como siempre, por el camino usual, con la gente usual. San Germán, la Facultad de Veterinaria, el ITM, la 80 y el Éxito de Robledo. Allí hay un paradero de buses. Como siempre, el Coonatra paró a esperar más usuarios que, al igual que todos los días, se miden por lo que pagan. Si esta regla se cumple, quizá los buses sean los que más promueven la igualdad.

Mientras el bus paraba en el mismo paradero, una mariposa blanca, no más grande que la palma de mi mano, intentaba cruzar la 80 volando. No sé por qué, no fui capaz de preguntarle, pero su vuelo no era lo suficientemente alto como para pasar por encima de los carros, como siempre lo hace. Esta vez, tenía que esquivar toda clase de camperos, de camiones y de buses para no terminar aplastada en algún parabrisas.

Esa ventana, cualquiera que quede al lado izquierdo del Coonatra, en la que siempre me hago, fue la misma por la que dejé de mirar para concentrarme en las personas que estaban dentro del bus.

Un joven, un niño o un adolescente -no sé bien definir su edad- estaba parado muy cerca de la silla del conductor. Un jean bien pegado para hacer resaltar lo que muchos llaman "el equipo". Una camisa verde, de esas que las mangas apenas recubren los hombres y hacen marcar el abdomen; con brillantes en el pecho, dibujos extraños y un letrero que dice Ed Hardi.

El chico no está solo. Al frente suyo, hay dos sillas en las que están dos mujeres, dos niñas o dos adolescentes -no sé bien definir su edad-. Él se sostiene con las dos manos puestas en una de las barras laterales del bus, esas en las que la gente se agarra para no salir rodando en uno de los acostumbrados frenazos. Aunque hay varios puestos vacíos en el bus debido a la hora que es, él sigue parado frente a sus amigas.

El Coonatra sigue. Más 80, round point de Colombia, sube por Colombia y se introduce en Calasanz. El chico, agarrado de las barras, baja su cabeza hasta estar muy cerca de una de las mujeres. Repite constantemente el movimiento. Quizá no oye muy bien, quizá lo haga para que los bíceps se demarquen. En todo caso, el movimiento repetitivo es similar al que hacen los hombres para sacar espalda, ese que llaman El Cristo.

"Le di la mano a una gitana ayer para saber de mi buena fortuna. Me dijo: 'tú tendrás amores pero fortuna no tendrás ninguna'", balbucea uno de los parlantes del bus. Ismael Rivera vuelve a intentar que sus sabias palabras lleguen a los oídos de los acostumbrados pasajeros. "Porque en la palma de la mano está que muy claro leo que será feliz. Serás feliz con tus amores aunque se burlen sin piedad de ti".

Casualmente, el joven siempre tiene las cejas levantadas, haciendo que su frente se arrugue. Mientras sigue haciendo muchas especies de 'Cristos', mira a la ventana, que le sirve de espejo, y con su mano intenta acomodar el poco pelo que tiene. (Un motilado: 'el estadio'. Que nombres tan extraños que a la vez son tan comunes).

Más de la mitad del viaje, él se estuvo mirando en el 'espejo' haciendo especies de 'Cristos' y mirando su reflejo con satisfacción. La otra parte del tiempo, estuvo mirando a las mujeres, hablándoles de amores, de amigas, de situaciones, de peleas, de borracheras, de conquistas o de lo que siempre hablan algunos hombres para conquistar a ciertas mujeres.

Todo el camino estuve absorta en mis pensamientos acerca del hombre al que amo. Yo no vi ni los perros, ni la mariposa, ni el joven, ni las mujeres. No supe cómo llegamos hasta la 80 con San Juan, pero pude darme cuenta que estaba cerca del final de mi usual recorrido. Todo fue porque una mujer se me acercó para sacarme de mis pensamientos y hablarme de los perros, de la mariposa, del joven y de las mujeres que había analizado en todo su camino.

"Ya en esto te tenés que bajar, no se te olvide. Acordate: Caminás una cuadra por la Nutibara, bajás por una de esas calles por las que sólo caminan los que las reconocen, los de Laureles. Cuando llegués a la estación de Policía, girá a la derecha y caminá una cuadra más allá del Primer Parque, para luego voltear a la izquierda y llegar a tu edificio para que tu portero te abra la puerta. Acordate, acordate, el mismo camino de todos los días para llegar a la misma parte, encontrar las mismas personas y, extrañamente o normalmente, sentir cosas diferentes".

Y así fue: bajé por las mismas calles, cruzando las mismas aceras para llegar a la misma casa. Preguntándome y respondiéndome cosas locas acerca de la costumbre que, casualmente, a veces trae sensaciones diferentes.
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Los escritos etiquetados 'Otra perspectiva de lo común' seguirán apareciendo en el blog. Es lo que usualmente vivo en Medellín pero contándolo como lo vivo. "Acordate, acordate: el mismo camino de todos los días para llegar a la misma parte, encontrar las mismas personas y, extrañamente o normalmente, sentir cosas diferentes".

sábado, 11 de julio de 2009

La complejidad de lo diverso

Por María Clara Calle.

Una tarde de un día cualquiera, no hace mucho tiempo, mi abuela me dijo: "Mijita, serví pa' algo antes de que te murás. ¿Sí?".

Dentro de mis divagaciones, estaba la posibilidad de que varias personas de diferentes lugares tuvieran distintos significados de esta frase, con la que mi abuela me decía "hacé algo".

Fue entonces cuando me puse a pensar en cuán compleja es la palabra diversidad, esa que curiosamente viene en singular. Claro que antes de que mi abuela me dijera lo que me dijo, había leído un ensayo de Ángel Lunático (Cómo Cocinar un Muchacho) que fue el que verdaderamente me dejó con los pensamientos que hoy les muestro.

Siguiendo con la palabra diversidad, encontré que el Diccionario Larousse la define como 'variedad, abundancia de cosas distintas'. La Real Academia Española dice lo mismo sólo que pone más significados: desemejanza, diferencia, abundancia, gran cantidad de varias cosas distintas.

Si en una hoja de Microsoft Office Word escriben DIVERSIDAD y dan clic derecho sobre ésta y buscan 'Sinónimos'; después de unas cuantas palabras, aparecerá 'complejidad', 'sinfín', 'novedad' y 'amenidad'. Curiosa ramificación.

¿Por qué los humanos nos esmeramos tanto en encajar las cosas en una sola casilla? ¿Acaso algo no puede ir en varios cajones? Esa tendencia a clasificar, a dividir, a condicionar todo. Nada puede ser gris, todo tiene que ser blanco o negro, se está en el sur o en el norte, se es judío o cristiano, hombre o mujer, ilustrado o jumento. ¿Acaso uno no puede ser de todo un poco?

Este vicio de encasillar y de intentar poner todo en cortas palabras alcanza todas las facetas. La mayoría del tiempo me preguntan sobre mi posición política, intentando clasificar si soy uribista o del Polo, reeleccionista o antirreeleccionista, fascista o anarquista. La próxima vez que me pregunten por mi posición voy a decir 69.

Las cosas pueden ser inclasificables, innombrables, insoldables, indescifrables y no por eso se inmorales, impúdicas o inconvenientes.

La palabra DIVERSIDAD puede significar variedad, desemejanza, diferencia, divergencia, pluralidad, multiplicidad o también puede significar todo a la vez.

Dentro de esa necesidad de los seres humanos por definir algo y dividirlo hasta hacer que pierda su esencia, hemos llegado al extremo de encasillar y de condicionar, incluso, hasta la palabra diversidad: diversidad social, diversidad de lenguas, diversidad religiosa, diversidad étnica, diversidad cultural, diversidad sexual, diversidad de pensamiento.

Ojalá que algún día pasara con estas clases de encasillamiento lo que pasó con la definición de razas. Antes se hablaba de mestizo, negro, zambo, mulato, criollo o blanco. Después, cuando unos hicieron el amor con otros o cuando las mujeres fueron violadas por otra persona que tenía diferente raza, empezaron a surgir toda clase de combinaciones, hasta el punto de no poder definirlas.

Quizá algún día todas las cosas se empiecen a reproducir y a tener tantas raíces, tantas diferencias, tantos pensamientos y tanta divergencia que no haya la cantidad de frascos suficientes para contenerlas. Ojalá que se acaben las palabras para definir las reproducciones y que no haya intensión de clasificar, de dividir, de separar o de encasillar, sino que se tenga la intensión de comprender la palabra DIVERSIDAD.

Hasta que ese momento llegue, le haré caso a mi abuela y seguiré pensando en la palabra diversidad para ver si sirve (o si sirvo) de algo.

viernes, 10 de julio de 2009

Doctor Alberto

Por María Clara Calle.


El pelo canoso que le llega a la mitad del cuello, el mismo pelo que hizo que Héctor Abad Faciolince le llamara "el loco". Sus manos tambaleantes por efectos de la vejez y el primer pantalón y camisa que se le atravesaron al momento de vestirse. Con sus pasos lentos y sus manos en los bolsillos, Alberto Aguirre va caminando por todo Junín hasta llegar al Astor. Allí se sienta, abre el periódico El Tiempo para enterarse de las noticias con las que amanece el país y luego pide lo de siempre: un perico y un vaso de agua al clima.

No es extraño ver a Alberto leyendo periódicos o internándose en los libros, los mismos que le quedaron después de cerrar la Librería Aguirre junto a los que ha comprado por gusto. Su tercera hija, Beatriz, la menor, me dice que a todas les tocó vender los libros. Dice todas porque Alberto y Gloria sólo tuvieron hijas: "Nosotras tuvimos que aprender francés e inglés, así fuera un poquito, para poder atender a los clientes que venían".

Alberto, el abogado que defiende las causas perdidas, el profesor de derecho en la Universidad de Medellín, el Juez del Trabajo y el Magistrado del Tribunal Superior de la Sala Laboral. El fotógrafo, el editor, el columnista y el librero también es papá, es abuelo, es tío, es hermano y es esposo.

"Nosotros teníamos una finca en San Cristóbal, se llamaba Casabella. Cuando se acababa el fin de semana, nos bajábamos a Medellín en el Volkswagen verde que teníamos. - Gloria hace una pausa y comienza a sonreír - Alberto cogía la cabrilla y Beatriz, Anama, Clara y yo nos cogíamos de donde pudiéramos. Veíamos las curvas, veíamos los tacos y veíamos todos los carros, pero a él nada le importaba. Él tenían afán de lo que fuera y empezaba a hundir el acelerador y nosotras sentíamos que nos íbamos a chocar. Una vez Alberto iba manejando el carro, iba solo, y se fue a un hueco y el Volkswagen quedó volteado. Después de eso, él siguió manejando igual o más rápido".

El "doctor Aguirre", como le dicen varios hombres mientras él está sentado en la mesa tomando su perico y leyendo su periódico, también fue deportista, comentarista de fútbol en radio y prensa y director deportivo. Juega muy bien al ping-pong, destreza que heredaron sus hijas Ana María (la mayor) y Beatriz, ambas campeonas nacionales.

Pero también era un gran deportista cuando jugaba con sus sobrinos y sus hijas, todos niños. "Yo era el único de los grandes que jugaba beisbol con ellos, entonces me paraba en el corredor y los llamaba a todos. En total éramos como 12 personas".

Empezaba el juego. Los jugadores se dividían en dos equipos, Alberto jugaba en uno de ellos. Los niños eran mejores para correr, Alberto para batear. "¡El tío era más tramposo! Uno le ganaba en beisbol y él decía que no, que no había strike. Y uno bien chiquito que se iba a ponerle a alegar a Alberto Aguirre", cuenta Pablo, el más pequeño de todos los sobrinos.

Entre libros de toda clase, columnas y noticias, Alberto pasa sus días, sin salir de la ciudad pero caminando por el Centro de Medellín. Habla con el vendedor de prensa y consigue sus periódicos, habla con el lustrador de botas y le pregunta por la situación de Espacio Público. Evita el ruido de los conciertos y los barrios lejanos del Centro. Las mañanas para salir a comprar la prensa y sentarse a leerla en algún lugar, las tardes para adelantar su libro de la masacre en Santa Bárbara o escribir cualquier otra cosa. A las 5:00 p.m. su tradicional whiskey y luego, seguir con la rutina.

En un sillón azul, sentada mirando por la ventana, Gloria dice que no sabe cuándo Alberto dejó de pasear y de salir a donde fuera. "No sé si fue antes o después del exilio. El caso es que él antes iba y venía en su carrito con todas nosotras. ¿Ahora?... Ahora no sale de su casa, no le gusta pasear, no le gusta dejar la ciudad. Ya ni las fincas le gustan, él que nació en Girardota".

En 1987 fueron muchos los pensadores que cayeron abaleados en las calles de Medellín, a manos de unos gatilleros contratados para cumplir a cabalidad con la muerte de ciertos personajes que aparecían en una lista. Héctor Abad Gómez y Alberto Aguirre fueron unos de los muchos que estaban en ella. A Héctor Abad, amigo de Alberto, lo mataron un 25 de agosto. Alberto logró irse para Madrid, buscando refugio.

"Los tres años que estuve en Madrid fue como estar de paso, como estar en un aeropuerto donde se espera a que anuncien el vuelo a abordar. Estaba en una ciudad que aguardaba mi salida, lejos de todo. Fue un tiempo muy doloroso. Al menos aprendí a cocinar. Yo no sabía coser, no sabía lavar, no sabía nada - Alberto interrumpe para sorber un poco de su perico - Entraba por un vaso de agua a la cocina y Candela, la empleada, me regañaba: "¡Niño Alberto!, ¿qué hace aquí? Váyase para la pieza yo lo atiendo".

Alberto ha escrito en los periódicos El Mundo, El Espectador, El Colombiano y El Diario, en las revistas Universidad de Antioquia, Ideas y Valores, Eco, Cromos, Soho, entre otras. Fundador del Cine-Club de Medellín que más duró en la ciudad, traductor de Papá Goriot y editor de El Coronel no Tiene Quién le Escriba y de Marea de Ratas. "Es como si quisiera concentrar todo mi conocimiento y toda mi experiencia en la sola tarea de escribir, sin olvidar mi idea de que uno no debe casarse con ninguna profesión", dice con su voz pausada, su tono de voz fuerte e imponente que son muestra de su carácter. Como dijo alguna vez Gonzalo Arango, "si él (Alberto) se dedicara a la política, sólo aceptaría ser dictador".

Ya se acabó el perico que pidió hace algunas horas, el vaso de agua al clima quedó medio lleno. Alberto se para de la mesa del Astor y paga la cuenta, mientras más personas se le acercan para decirle "doctor Aguirre, un gusto conocerlo".

Se aleja por la misma calle que lo trajo. Lleva el periódico doblado bajo su brazo derecho, mientras que sus manos van en los bolsillos. Al mismo tiempo que camina, juega con un mondadientes que lleva en la boca. Poco a poco lo voy perdiendo de vista. Lo último que vi fueron sus pasos lentos y su pelo largo, canoso y suelto que se rehúsa a cortar.

viernes, 3 de julio de 2009

Uribe y Obama: ¿TLC?

Por María Clara Calle.

Esta foto apareció en primera plana del periódico paisa El Colombiano el día jueves, 2 de julio. Las viñetas, o comentarios, o pensamientos o como quieran llamarlo, fueron añadidos por una persona, cuya identidad me reservo.

La publico para que ustedes también la disfruten.

La rutina lechera

Por María Clara Calle.

Con un tono de voz alto y una secuencia que es difícil seguir, Cristóbal y Valentín van llamando a las vacas una a una. "Capuchina, Capuchina, Capuchina". Una vaca comienza a acercarse y a correr las que se interponen en su camino. Cristóbal se sienta en su butaca, unta las ubres de Capuchina con un procesante de color oscuro, pone cada uno de los brazos de la pezonera en cada una de las ubres de la vaca y la pezonera comienza a ordeñarla. La leche de Capuchina va dirigida hacia el tanque de almacenamiento a través de un tubo transparente.


Una casa con la típica arquitectura de las casas antioqueñas de antes: un corredor bordeando toda la casa, demarcado por un muro que a la vez sirve de asiento. El entejado con tejas de barro y de color rojo, las columnas rectangulares de madera que ayudan a sostener el techo y que se levantan del piso. En la esquina, una mesa y sentados alrededor de la mesa, están Fernando Vélez y Martha Elena Zapata, esposos que se dedican al campo desde hace muchos años, especialmente, a la crianza de vacas.

Con sus botas puestas, preparado para ir a ordeñar, Fernando me señala un vasto campo. "Don Valentín Pérez es dueño de todos esos potreros que usted ve ahí, excepto uno, que pertenece a la Finca La Manuela, de resto, todos los alquiló él". Toda la tierra que señala Fernando queda en la vereda Catacorte, perteneciente a San Pedro de los Milagros, pueblo del norte antioqueño.

En uno de los 28 potreros que señala Fernando están las 100 vacas de raza Holstein a las que van a ordeñar. "Valentín y Cristóbal, que es el que le ayuda al patrón, vienen todos los días desde el pueblo en el carro: a las 3 de la mañana y a la 1 de la tarde, que son las horas de ordeño. Yo ayudo echándole la comida a las vacas, arrimándolas y montando todo".

Esas 100 vacas de Valentín producen alrededor de 1900 litros diarios, cada vaca produce 20 litros en promedio y Colanta le compra a Valentín cada litro de leche por $800.

Para la primera ordeñada del día, Fernando tiene que levantarse a las 2 de la mañana. "Yo salgo cuando mis dos hijas y mi esposa están dormidas. Martha Elena se levanta muy tarde, como a las 7 de la mañana. Igual no tiene nada especial por hacer".

Ya llegó la camioneta donde vienen Valentín y Cristóbal. Ahora suben el tanque de almacenamiento al jeep que hay en la casa de Martha Elena y Fernando y todos los hombres se montan al carro.

Cuando el jeep llega al potrero, las vacas se van acercando solas al lugar donde las ordeñan, una estructura de madera que tiene un plástico por techo. Los tres hombres se disponen a bajar el tanque de almacenamiento y los bultos de cuido del jeep y a preparar las pezoneras, que son cuatro brazos metálicos que funcionan por conexión eléctrica y que se ponen en cada ubre de la vaca para absorber la leche.

"Eso con las pezoneras no demora nada. En cuestión de 4 minutos ya la vaca está ordeñada, uno sólo es poner el procesante antes y después de ordeñar para evitar la mastitis y poner la pezonera y todo queda listo. Todo va a para en el tanque de almacenamiento, que debe mantener la leche a cierta temperatura para que Colanta reciba la leche", dice Valentín sentado en una butaca de madera de no más de 30 centímetros de alto mientras revisa que todo el proceso siga como debe ser. "Uno tiene que ser muy organizado con esos tanques. Si hay uno mal lavado, con jabón o con mugre, Colanta no recibe la leche", dice Fernando mientras baja el tanque de almacenamiento.

El proceso continúa y las 100 vacas se van acercando una a una a medida que las llaman. "Manzanilla, Manzanilla, Manzanilla"; "Pilsen, Pilsen, Pilsen"; "Juana, Juana, Juana, Juana"; "Ranchera, Ranchera, Ranchera".

Mientras va acercando a las vacas, Fernando dice que el trabajo con ellas nunca para. "Cuando llueve, nos vamos a ordeñar con impermeables. Las vacas no tienen festivos ni vacaciones. Esto es seguido: dos veces al día, todos los días del año. Además, este negocio dizque no está dando, que sólo da para el cuido, el abono y todo para las vacas. No ve que por aquí ya hay unas fincas que se están dedicando a sembrar aguacates, porque lo de la leche ya no es buen negocio. Yo sigo trabajando en esto porque siempre me ha gustado, desde niño quise hacerlo".

Una a una, las 100 vacas fueron llamadas por sus nombres y fueron ordeñadas. Valentín regresa al pueblo y Fernando a su casa. Al día siguiente tendrán que estar ordeñando a las vacas a las dos de la mañana y esperar que Colanta recoja la leche de hoy, repetir el proceso a la una de la tarde y seguir con la rutina todos los días siguientes.

viernes, 26 de junio de 2009

La anarquía

…una sociedad libre de todo dominio político autoritario,
en la cual el hombre habría podido afirmarse sólo en virtud
de la propia acción ejercida libremente en un contexto
sociopolítico en el que todos deberían ser igualmente libres.
Gian Mario Bravo

Del griego An-arjé, sin principio, an no es únicamente la inexistencia del principio, sino la posibilidad infinita de encontrar principios, la diversidad de ellos.

El anarquismo que aquí se intenta exponer no tiene nada en común con el estado de naturaleza descrito por Hobbes, en donde los hombres se matan entre sí para mantenerse vivos. Es una propuesta de vida social libertaria, donde existe armonía y orden, natural y no impuesto; Anarquía es orden es la máxima de Pierre-Joseph Proudhon.

La ideología libertaria pretende prescindir de todo poder superior: ideológico -religioso-, político, social, económico y jurídico para obtener libertad total. La religión es vista como impedimento de la libre voluntad, de las elecciones y acciones humanas; el Estado, estructura piramidal y burocrática, como expresión máxima de represión y coerción capaz de imponer sus mandatos; y la ley, como expresión práctica del Estado e instrumento de opresión capaz de coaccionar las libertades.

El rechazo al poder, la política y sus instituciones, y a toda forma de organización social jerárquica, centralizada y tradicional; le imposibilita el éxito en la vida política, tampoco le interesa. El anarquismo es la ideología política sin ideología y en contra de la política, nació perdedora y sin deseo de éxito, ni institucionalización. La organización de los movimientos anarquistas se ha dificultado por la acción espontanea que profesan, producto del libre deseo y la decisión autónoma de cada individuo.

La base está en la posibilidad del autogobierno, la autodeterminación y autogestión, en pro de la emancipación individual. Cuenta con la bondad del ser humano.

Es importante aclarar que las propuestas anarquistas de organización económica y social son tan diversas que pueden llegar a ser contrarias, es mas pertinente entonces hablar de anarquismos. Existe el anarco sindicalismo, cercano a la teoría social y económica de Marx; y diferente del anarco individualismo que nunca aceptaría la dictadura del proletariado, ni una base proletaria como vanguardia de la lucha contra la autoridad, su base es el individuo.

La propuesta anarquista de la nueva organización libertaria en el plano económico está basada en la autogestión federal, y en el social, en la conformación de comités fundados desde abajo que cooperan para fines administrativos y distributivos.


Andrea Arango Gutiérrez.

viernes, 19 de junio de 2009

En libros: Llanto en el paraíso y Los años del tropel















Por María Clara Calle.

El primero fue escrito por Patricia Nieto y el segundo, cuyo nombre completo es 'Los años del tropel. Crónicas de la Violencia', fue escrito por Alfredo Molano.

Ambos libros están recomendados porque los dos hablan de la Violencia en Colombia (de la que se escribe con V mayúscula) de una manera interesante.

'Los años del tropel' es un libro que recoge las historias de algunos personajes que vivieron la Violencia, tanto de conservadores como de liberales. Estas vivencias son relatadas por las mismas personas y dan cuenta de cómo fueron esos años, de las tensiones, los pensamientos y de cómo era la sociedad en general. Relata y explica la Violencia a través de reportajes mezclados con crónicas.

Por otro lado, 'Llanto en el paraíso' cuenta esa misma Violencia pero sin incluir las historias de los guerrilleros o de los militares, como sí se hace en 'Los años del tropel'. Aunque este libro no se centra tanto en contar qué fue la Violencia, las historias que recopila Patricia Nieto y la manera como las lleva hacen de éste un libro fascinante.

No califico ni comparo, sólo quiero recomendarles estos dos excelentes libros y que disfruten leyendo sus páginas. Pero hago una recomendación con mucho más énfasis en el prólogo de 'Llanto en el paraíso'. Si no van a leer el libro, por lo menos lean el prólogo. No pasa de dos páginas pero es realmente asombroso.

La desnutrición en la primera infancia: Crónicas de vida

Por María Clara Calle.

El siguiente es un aparte de un reportaje acerca de la desnutrición en la primera infancia y cómo va esta problemática en Medellín. Si alguien está interesado en conocerlo completo enviar un correo a devozparavos@hotmail.com o vovler a este artículo el próximo viernes que tendré el link del trabajo completo en De la Urbe Digital.

Una bolsa negra que carga como puede y unos globos en forma de flores. Lina Marcela Vélez detiene su caminar de vez en vez para agarrar de otra forma la bolsa negra en la que está el complemento alimentario para Johan Alexis Paniagua, su hijo.

Detrás de ella, está Cruz intentando seguirle el paso. Ella también lleva un complemento alimentario que le dio la Clínica Infantil Santa Ana para llevarle a su hijo Stiven y unos globos parecidos a los de Lina Marcela.

La calle empinada, como la mayoría de las calles de El Poblado, una acera pequeña y algunos carros circulando. Lina Marcela y Cruz caminan a un paso rápido a pesar de cargar tantas cosas, sólo piensan en la congestión que debe haber en el Metro aproximándose la hora pico.

"Imagínese que mi hijo Johan Alexis no gateaba, no caminaba y casi no jugaba. Todo el día se mantenía acostado en una cama y yo toda preocupada, que qué le pasaba. Los otros hermanitos de él no eran así; Johan Alexis es el tercero de cinco que tengo y él es el único que tiene problemas de desnutrición". Lina Marcela hace otra pausa en su andar, pone la bolsa negra en el suelo, cambia los globos de mano y con la que le queda libre vuelve a cargar la bolsa negra para continuar su paso apresurado hacia la estación Poblado.

Cruz y Lina Marcela vienen del curso de decoración para fiestas que les están dando en la Clínica Santa Ana, a ellas y a otros padres que tienen hijos con problemas de desnutrición.

Sentada en su escritorio, con calendarios a su alrededor que tienen toda clase de dibujos y muñecos, María Cecilia Moreno, trabajadora social de la Clínica Infantil Santa Ana, explica que la desnutrición infantil no sólo se debe a un problema físico, sino que también es causada por problemas económicos y familiares. Es por esa misma razón que los programas no sólo tienen el propósito de dar complementos alimentarios sino, también, hacer un acompañamiento interdisciplinario con sicólogos, trabajadores sociales y nutricionistas para estudiar el entorno y la seguridad social de la familia del niño.

Nora Patricia Álvarez, jefe del Departamento de Nutrición de la clínica, explica que la desnutrición es una enfermedad que compromete varios órganos y que es reversible en la medida en que se detecta tempranamente.

Hay diferentes tipos de desnutrición. La desnutrición crónica es un déficit de talla para la edad y demora más tiempo en desarrollarse. "Un niño deja de ganas talla en 6 meses o en un año, no de un día para otro", aclara Nora Patricia. "En cambio, la desnutrición aguda, que es una falta de peso respecto a la talla, lleva otro ritmo en un niño porque el peso es el tejido que más rápido se pierde, por ejemplo, en una diarrea". También está la desnutrición global, que es una pérdida de peso con relación a la edad.

Estos tres tipos de desnutrición pueden darse en un nivel leve, moderado o severo, siendo más fuerte este último.

Con su bata de colores puesta en la silla de rodachinas en la que está sentada, Nora Patricia agrega que algunas de las causas de esta enfermedad son la falta por parte de la familia a los alimentos que el niño necesita y problemas con la relación entre la madre y el niño. "Muchas veces puede haber la comida, pero si no hay una relación con la mamá, hay niños que no comen y eso también produce desnutrición. Todo porque la mamá es la primera persona que lo alimenta".

Además de estas causas, existen desnutriciones que son generadas por unas enfermedades de base que conllevan a que los niños se desnutran, por ejemplo, los problemas cardíacos, las diarreas persistentes o la discapacidad mental. A Johan Alexis, el hijo de Lina Marcela, hace algunos años le diagnosticaron raquitismo, una enfermedad que se genera por la falta de calcio y la vitamina D.

La estación Poblado está cada vez más cerca. Mientras Lina Marcela hace maniobras para cargar la bolsa cuenta la historia de Johan Alexis. "Mi hijo tiene 5 años y parece de uno y medio. Tiene problemas de crecimiento y desarrollo. Él casi no come, la enfermedad le quita el apetito. Los médicos me dicen que él pierde las defensas muy rápido... o algo así".

"Ay, muchacha. Así sea que nos sentemos unos segunditos pero es que de aquí a Zamora, que es donde yo vivo, hay mucho trecho", dice Cruz mientras se sienta en una de las sillas de la estación. A ese comentario, Lina Marcela responde que del Poblado a San Javier La Loma también hay mucho camino por andar y que espera que su hijo ya está llegando de la escuela a la casa. "A esta hora ya lo debe estar recogiendo el papá. Pero yo no sé, ese niño hace rato no me quiere subir de peso y yo como que lo quiero sacar de la escuela pero en la clínica me dicen que no vaya a hacer eso".

Stiven, el hijo de Cruz, es gemelo, su hermano se llama Esteban. Ellos son los dos hijos menores de Cruz, dos hijos de cuatro que tiene. "Eso es muy triste ver a un hijo con esos problemas. Esteban salió muy bien pero los médicos me dicen que Stiven tiene reflujo. Mire que él sólo tiene un añito y ya lo han hospitalizado siete veces". El reflujo gastroesofágico es un paso involuntario de los alimentos desde el estómago hasta el esófago, que ocasiona una quemazón de las paredes que lo recubren por el paso del jugo gástrico. Además, genera que la comida no alimente, causando problemas de desnutrición.

La luz del Metro ya se ve a lo lejos. Son casi las cinco de la tarde mientras Cruz y Lina Marcela rezan para que el vagón no vaya muy lleno. Los vagones se ven pasar cada vez más lento al mismo tiempo que las personas van buscando el mejor ángulo de entrada. Ingresamos al vagón y, como de costumbre, todas las sillas están ocupadas. "¿Si ve? Yo le dije que así fuera unos segunditos pero era bueno sentarnos", me replica Lina Marcela. Para terminar la charla le pregunto cómo sintió el trato en la clínica. Ella mira su bolsa negra con el complemento alimentario, mira las bombas y luego me mira: "Que más que me mejoraron a mi hijo. Ya no se arrastra por ahí como una culebrita".

viernes, 12 de junio de 2009

Unos y otros

El enemigo político no necesita ser moralmente malo, ni
estéticamente feo… Simplemente es el otro, el extraño, y para
determinar su esencia basta con que sea existencialmente
distinto y extraño en un sentido particularmente intensivo.
Carl Schmitt
En tiempo de guerra la sociedad suele polarizarse. Unos dicen ser los portadores de la verdad y por ello tener la capacidad de guía correctamente al pueblo; desprecian a los potros generando intolerancia por medio de sentimientos y pasiones en su contra. Entre los unos y el pueblo existen canales que conducen la verdad; la iglesia y la prensa son siempre portadores de verdades.
En la Francia de finales del siglo XIX el nacionalismo antisemita de derecha encontró a un militar judío como culpable de las desgracias de toda la nación. Por medio de la prensa se logró unificar la opinión pública en el señalamiento de uno; en medio de la uniformidad existen páginas libres en el periódico que abren el debate, en donde la izquierda socialista puede asentar su voz de disentimiento defendiendo la expresión de justicia por medio del derecho y finalmente se encuentra el verdadero culpable y se absuelve al judío.
En la Antioquia de Don Tomás Carrasquilla, retratada en Luterito, el patriotismo es apoyado por la iglesia, y ésta intermediaria entre la verdad y el pueblo. La iglesia se declara conservadora y genera intolerancia por los liberales que son llamados voceros de Satanás. A un sacerdote consecuente con la palabra que predica lo señalan de liberal entre los chismes del corrillo de la esquina. El odio de un pueblo vuelve a ser canalizado en una persona.
El concepto de verdad es efímero y el pueblo amorfo, el dogmatismo encarna bien en la masa.
Se apela siempre, en última instancia, a la tolerancia; pero se descuida que si en primera instancia hubiese existido una esfera pública amplia y libre en donde los intelectuales, académicos, políticos y demás hubiesen podido debatir abiertamente y el pueblo los hubiese escuchado, no sería necesario llamar a la tolerancia, porque ya habitaría entre los hombres. Cuando las verdades de los unos y los otros son entregadas de igual forma al pueblo, este tiene la ventaja de nunca uniformarse, de tener opiniones diversas y plurales en torno a un tema, disminuyendo así el poder que pueden ganar unos con el apoyo total de la masa.
Andrea Arango Gutiérrez.

sábado, 6 de junio de 2009

Fotografiando el norte antioqueño

Por Maria Clara Calle.

El viernes 5 de junio, el grupo de DE LA URBE (prensa y radio) tenía preparada una salida al norte antioqueño para investigar acerca de la sobreproducción lechera que hay en el país. Por esa misma razón visitamos San Pedro, Entrerríos y Santa Rosa de Osos, sectores que viven, principalmente, de la crianza y ordeño de las vacas.

En algunos meses les mostraré la crónica de un campesino que trabaja el ganado lácteo en alguno de estos municipios, por el momento sólo les mostraré las fotos que tomé en el recorrido. Ojalá las disfruten.

SANTA ROSA DE OSOS



ENTRERRÍOS



SAN PEDRO DE LOS MILAGROS


Post Escritum: Las fotos fueron tomadas con una cámara digital marca Kodak EasyShare C613