viernes, 3 de abril de 2009

El periodismo está de afán

El periodismo también tiene sus reglas. Una de ellas, casi de oro, casi inquebrantable, es la inmediatez.

Las cosas inmediatas siempre han sido característica de los actos animales, cuando el raciocinio del hombre queda suprimido por ese instinto que llevan todos los humanos por dentro. No sabemos cómo vamos a reaccionar frente a un atraco, un arma o frente a algo que sea un peligro de muerte, simplemente porque todo eso se lo dejamos a la inmediatez del momento.

Inmediato es algo que sucede en el mismo instante, sin esperar, sin pensar y sin analizar. Es una acción que se tiene que hacer en seguida sin dar tiempo para comprender y mucho menos para entender qué va más allá.

El conocimiento, por el contrario, es algo que no nace de un día para otro. Necesita años de esfuerzo y compromiso para ser tratado. Las cosas grandes toman tiempo en gestarse. Por ejemplo, una guerra no se hace de un día para otro, se necesitan años de opresión, pobreza y maltrato para comenzar la lucha. Los avances científicos requieren de años de estudio antes de salir al mundo y, a su vez, cambiarlo. Una persona necesita, como mínimo, estar seis meses en un vientre para nacer. Un cambio de estructuras necesita de siglos para completarse.

Pero para el periodismo esto no importa. Las cosas en ese oficio SÍ son de un día para otro. No importa cómo quede, no importa qué diga y no importa cómo se consiga el conocimiento que otros han tardado tanto en analizar. Todo eso se lo dejamos a la ética que tenga la persona, eso no le compete a este oficio. Lo único que importa es que haya 500 palabras o una nota de 3 minutos para producir lo que muchos llaman noticia.

¿Qué conocimiento se gesta en un día? ¿Cómo se puede pensar siquiera que un periodista va a entender lo que a otros les ha tomado años hacerlo? Claro, se supone que un periodista debe estar contextualizado de todo. Pero entre leer 3 periódicos, oír, ver y buscar las noticias, escribir y recibir órdenes de un editor DIARIAMENTE no hay tiempo para aprender la teoría política, sociológica, filosófica y antropológica que plantean los que sí saben del tema.

Un periodista es sólo un navegante en un ancho mar de pocos centímetros de profundidad. Lo cree saber todo, pero al momento de estar con un experto, éste aplasta los "conocimientos" del periodista. Siempre necesitando estar listo para todos los campos, importando sólamente que pueda entender las palabras que le va a decir el teórico. ¿Dónde está el conocimiento en esas circunstancias?

¿A que loco se le ocurrió volver un oficio -que es una pasión- en una carrera? Para el periodista, el conocimiento sólo sirve para formular una pregunta y no para cambiar una realidad.

Es muy importante estar conectado TODO el tiempo con la realidad, con la vida urbana, con lo que sucede; pero también se necesita conocer la teoría y saber ésta qué dice acerca de la realidad y cuáles análisis y soluciones ha propuesto. Esa es la verdadera suma que dará como resultado un cambio social y no la inmediatez con la que se intenta tratar el conocimiento.

Quizá la solución está en que se le de a los periodistas de cada sala de redacción 10 ó 15 días para tratar su tema de análisis. Mientras él hace esto, se publican las noticias que los otros ya tienen lista después de su trabajo de días.

Cuando las cosas nacen por pasión salen mucho mejor que cuando nacen por obligación. Pero si ese tema apasionante sólo tiene un día para gestarse, no hay nada que valga frente a tal insulto.

Por Maria Clara Calle.

3 comentarios:

Julio C. Londoño A. dijo...

¿Será por esto que los grandes periodistas ni estudiaron ni son periodistas puros? Yo pienso lo mismo con ciertas diferencias, es labor del reportero llevar la noticia cruda para que los periodistas se encarguen del analisis, pero sí que debe ser una labor más de profundidad y no de cubrimiento al instante. Un saludo muchachistas y un abrazo.

De voz, para vos dijo...

No se pierde la familia, ¡que buen titulo!

Lucas Vargas Sierra dijo...

Que vaina... Pero bueno, "de error en error hasta la victoria final". Esperemos que haya alguna victoria final... ¿y si no? Pues... se metió, se fumó, se cantó, se escribió, se sufrió, se gozó, se tomó, se pelió, se consoló, se lloró, se río, se aprendió, se olvidó, se recordó, se... se pasó lo más de bueno en el proceso.