sábado, 25 de abril de 2009

Poder político

El poder tiene la necesidad de ser justificado. Es un
principio de la filosofía moral que lo que tiene necesidad
de ser justificado es la mala conducta, no la buena.

Norberto Bobbio

El poder es entendido como la relación amigo–enemigo, gobernantes y gobernados, es una contraposición del poder del opresor sobre el oprimido (Real Politik, lo político). Este tipo de relación se ve en diferentes ámbitos de la vida social y no por ser poder, es político; el amo tiene poder sobre el esclavo y es una relación económico-tiránica.

El poder político es la capacidad de emitir mandatos dentro de un determinado contexto social, colectivo y público; hacerlos respetar y obedecer en última instancia por la fuerza. El mandato entre hombres libres e iguales es política para Aristóteles. En Hegel, los individuos se agrupan voluntariamente para crear un Estado que requiere de dirigentes a los que se obedecerá, mando y obediencia es una relación de poder, en este caso transpolada a la política.

Hobbes teoriza dos de los tres elementos que hacen posible la existencia y permanencia del poder político. La tenencia de la fuerza, además total, es decir, el monopolio de los medios coercitivos; con el fin de lograr la paz. Habla de entregar a un único poder la capacidad total de coerción -el Estado absoluto-; así cada individuo no requerirá de la autodefensa (que genera permanente guerra), el leviatán con poder centralizado tendría la capacidad de dar defensa al colectivo. El intento de disputar la soberanía, de los para Estados, proto Estados o contra Estados; es dentro del poder político penalizado o criminalizado.

Sin embargo la concentración de poder genera abusos, que es necesario impedir por medio de normas que especifiquen los debes del soberano. La existencia de una constitución es la creación de los deberes que limitan al poder político; pero poner límites no es condición suficiente para que el poder político sea aceptado, la legalidad no es lo único que legitima. Antes de la existencia de las leyes, hubo un consenso entre la partes de la necesidad de organizar el poder, porque era el único capaz de dar solución efectiva de las necesidades.

En última instancia es el poder constituyente el que crea la norma que legalizará el poder.

Es la legitimidad el tercer elemento que posibilita la existencia y permanencia del poder político, si la sociedad está en permanente coerción y toda o la mayoría ve injusto el ejercicio del poder, poca será su permanencia.

El poder político para serlo, debe tener mecanismos de coerción, soberanía y estar autorizado; es decir, tener el monopolio legítimo de la fuerza.[1]

El Estado es la estructura mejor diseñada para poseer el poder político, y además cumple funciones administrativas con el fin de abarcar todo el territorio y conservar la cohesión e identidad social, para conservar así la soberanía.

Andrea Arango Gutiérrez.


[1] BOVERO, Michelangelo. BOBBIO, Norberto (1985). “Lugares clásicos y perspectivas contemporáneas sobre política y poder” en Orígenes y fundamentos del poder político. México: Grijalbo p.37-64

1 comentario:

Unknown dijo...

Parece que entiendes que hay dos únicas formas de legitimación: el consenso y la legalidad. Sin embargo, los valores y creencias que hacen del poder autoridad -o sea, la legitimidad- puede ser de por lo menos dos tipos más, como bien lo dijo Weber.
Además, los 3 tipos "puros" de Weber rara vez aparecen solos y se mezclan: ¿o qué es un presidente contemporáneo sino una autoridad investida de legitimidad tanto legal-racional como carismática?
Por otro lado, la legalidad y el consenso pueden coincidir, como puede indicarlo una letura de Habermas: la soberanía como procedimiento.