jueves, 18 de septiembre de 2008

Tras las líneas

Hoy no les mostraré una joya escrita. Sólo quiero que mi lapicero caiga sobre la hoja en blanco y que los ríos de tinta corran por sus mentes, si no es mucho pedir.

Quiero escribir, aún sabiendo que no lo hago muy bien, como quien tienen poder y no sabe qué hacer con él. No sé si vender, corromper o desperdiciar mi escritura.
Quiero contar hasta diez y darle espacio a las ideas para que se organicen, aunque quizá dar tiempo al pensamiento y al intelecto no sea muy conveniente.

Lo mejor será actuar rápido, como un dirigente al momento de ejercer su cargo. Con afanes, presiones y desorden para que nadie se de cuenta de qué es lo que verdaderamente está pasando.

Será mejor esconder mi pensamiento tras las letras, mediar la verdad (palabras bastante complejas), para que ustedes no descubran lo que quiero decir.
Siento tener que hacerlo, pero mi derecho a la libre expresión teme correr por el miedo de ser ajusticiado, y más aún si esa justicia recae en un ciego armado y motorizado.Si esto está así, no quiero ni imaginar qué haríamos sin esta Política de Seguridad Democrática. No me cabe en la cabeza cómo fue Colombia durante la República, sin la Cohesión social que existe en este momento. ¿Cómo hicieron los que se liberaron para impartir una Política Cultural si ellos no tenían Confianza inverisionista?

Todo es un enredo díficil de comprender. Mi conciencia social no da para tanto, no sé si las de ustedes podrán. A lo mejor terminaremos olvidando todo esto, como lo hemos venido haciendo desde que nacimos.

Por Maria Clara Calle Aguirre. Desde la Gran Colombia o desde la Patria Boba, como lo quieran llamar.

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