sábado, 11 de octubre de 2008

Bombea corazón

Que una nación laica sea sometida a las decisiones tomadas por la iglesia católica sólo pasa en el país del Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen María.

Como lo ven, a partir de las 12 de la tarde del 12 de octubre también estamos consagrados al cardio de doña María y todo gracias a un laico estadounidense llamado John Rick Miller. Este personaje, quien trabaja con una iglesia católica de Londres que le reza a la Virgen, tuvo la maravillosa idea de visitar las tierras colombianas para hablar con la iglesia, y de paso con Álvaro (el de los Santos), y decirles que Colombia debería ofrecerse a María para lograr la paz.

Por esta misma causa (la paz) nuestro país se puso en las manos o, más bien, en el corazón de Jesús en 1902, durante la Hegemonía conservadora y la Guerra de los Mil Días. La diferencia es que en ese entonces este terruño no era declarado laico, como lo es en este momento gracias a la constitución del 91. Se podría decir que cuando esos colombianos se entregaron y de paso nos consagraron, la Nación era católica y no había tantas religiones como las hay hoy en día.

Ahora, contando con todos los años que han pasado, con el progreso que vociferamos y con todos los percances que hemos tenido y por consiguiente la experiencia vivida, la iglesia decide qué hacer con Colombia en cuanto a la religión, sin respetar a los hinduistas, deístas, judíos, ateos, musulmanes ni a cualquier otra persona que no pertenezca al catolicismo, decidiendo por encima del derecho a la libertad de culto que tenemos todos los ciudadanos, como lo dice el Art. 19 de la constitución.

Una cosa es que yo pueda ser católica y pueda divulgar e invitar a otras personas a seguir el catolicismo, otra muy distinta es que la iglesia imponga la religión en un Estado laico y consagre a un país entero, incluyendo a quienes no creen en Padre, Hijo y Espíritu Santo. Me pregunto: bajo estas condiciones ¿cómo va a profesar libremente un budista su religión en Colombia, sabiendo que este es el país del Sagrado Corazón de Jesús y de María y no de Buda?

Quizá el monseñor Pedro Rubiano -quien dice que aunque este país es laico, la iglesia no lo es y que por tanto puede consagrar a Colombia- pueda decirle a los no católicos qué hacer con su religión y de paso responderme a mí la siguiente pregunta: ¿Monseñor, para usted qué es respeto?

Por Maria Clara Calle Aguirre.

1 comentario:

Lucas Vargas Sierra dijo...

Eso a punta de plegarías lo arreglamos todo, van a ver, ustedes personas de poca fe, el país lo arregla dios... Si en el día de mi muerte el demonio me tentara le diré que no tiene parte en mi porque el día de la santa cruz dije mil veces jesus jesus jesus jesus jesus jesus jesus jesus jesus jesus jesus jesus jesus jesus jesus... Ctrl v, ctrl v