lunes, 6 de octubre de 2008

Movimiento marchante

Era la misma calle de siempre. Todo estaba en completa normalidad, tanto, que no parecía que unos cuantos estudiantes inconformes hubieran pisado ese mismo cemento unos pocos minutos atrás.

Los trancones, los pitos, el humo y la manada de carros y peatones apresurados reaparecieron de la nada, como si se hubieran metido bajo la tierra a esperar que pasara aquella protesta. Los negocios volvieron a subir sus rejas, las mismas que cerraron -tal vez por temor al saqueo- unos segundos antes.

En ese momento se me hizo difícil creer que hacía apenas cinco minutos algunos estudiantes de la Universidad de Antioquia y otros pocos de la Universidad Nacional habían marchado por esa misma calle, rehusándose a la estigmatización que se le está haciendo a la universidad pública y a la criminalización de la protesta estudiantil. Sé esto porque lo leí en los carteles pegados en el Alma Máter, sino, si sólo hubiera sido una transeúnte que tuvo que parar su marcha para ver pasar a aquellos jóvenes, lo más probable es que me hubiera quedado sin saber el motivo. O tal vez pude haber creído que esos estudiantes marchaban en contra del secuestro y de la muerte del niño Luis Santiago, como lo pensó un chacero de La Playa que vio pasar la protesta y fue entrevistado por Radio Capucha Nacional RCN (unos encapuchados que iban preguntando, con cámara y marcadores que hacían de micrófonos en mano, qué daba más miedo: una capucha o la cuenta de servicios o una araña versus la capucha).

Casos como el de este trabajador dan muestra de los resultados que puede traer una movilización como la del 2 de octubre, aunque también es posible que todo se deba al desconocimiento de este señor y a la falta de atención prestante. No sé por qué la ciudadanía, para quien es la universidad pública, no sabe lo que pasa en ella, no sé qué tan culpables seamos los estudiantes pero más que todo, los marchantes. Para mí, algunos de ellos, con su manera de actuar y de hacerse notar, no representan ni respetan al pueblo pues es el mismo pueblo quien huye al oír los cánticos antiimperialistas y antiuribistas. Es ese pueblo y esa clase desfavorecida la que cierra sus negocios o busca otras calles para seguir en su afán al ver unos jóvenes con las cabezas y los rostros cubiertos. Quizá lo hagan por miedo, por aburrición o por rabia, esa misma que pueden llegar a sentir quienes tienen que lavar los rayones de los lugares dónde trabajan. No sé si los que se arman de aerosoles –no para hacer graffitis- son concientes que es la empleada del servicio quien tiene que pagar por sus actos, sin que a ella le paguen un peso más por el trabajo extra que está haciendo y que ninguno de sus garabatos logran afectar la economía mundial.

Hay maneras gráficas para hacerse sentir, rayar por rayar sin tener conocimiento acerca de lo que se escribe no es una de ellas. Además, hay que escoger el lugar preciso para hacerlo no cualquier muro impoluto que se aparezca en medio del camino y menos cuando aquellas paredes son de todos los marchantes. Como las del Hospital UNIVERSITARIO, al que van a dar todos los heridos de las peleas contra el ESMAD, y todos los descalabrados, y todo al que le estalla una ‘papa’ al lado. Hay que tener en cuenta que si una persona sale a defender su espacio y pide que no le ensucien las paredes hay que respetarlo, sin importar la calidad de la frase que se quiera escribir.

Algunas de estas reacciones, como la de cerrar los negocios, me hicieron preguntar qué habrán hecho estas personas para ser tan evadidas. ¿Será acaso por decir lo que piensan o la manera en la que lo hacen? o ¿por ser reprimidos por el Estado y hacer los daños que hacen? No justifico ni ataco sus pensamientos, sólo digo que por x o y motivo no reciben el apoyo de muchas personas, incluso de algunos estudiantes de la misma universidad. Por ejemplo, cuando la marcha llegó a la Facultad de Medicina para invitarlos a protestar, las personas de dentro y fuera de las aulas no pasaban de cien, debido a que los estudiantes y profesores, sabiendo con anticipación lo que iba a suceder, decidieron irse para la Facultad de Odontología.

Una posible respuesta a estos cuestionamientos podría ser la falta de identificación de los estudiantes con los actos que realizan algunos otros. O tal vez sea por la falta de efectividad. Quizá podríamos decir que las mociones que nos proponemos, como salir a la calle, se acercan más a una utopía de carácter político o económico que a la realidad social por la que luchamos, desechando así la oportunidad de hacer algún cambio y generando desazón dentro de los estudiantes.

Aunque también podríamos culpar de este desinterés estudiantil y ciudadano a las personas que marchan, rayan las paredes y tiran piedras porque alguien los invitó, sin siquiera saber qué está pasando.

Con sólo oír una pregunta como“¿Con B o con V?”, hecha por un encapuchado comunista a sus compañeros al momento de escribir la palabra Libertad se puede comprobar que no todos están por inteligencia propia. No es la pregunta sino quién la hace lo que me exaspera. Ya que si este “estudiante” hubiera leído así sea una simple definición del DRAE o mejor aún, el concepto de libertad que da Bobbio o Isaiah Berlin por lo menos sabría cuál es el peso de la palabra que estaba garabateando, y ahí hubiera sabido por qué hacer lo que hacía, en vez de ir con un aerosol en mano haciendo lo que otra persona le dijera.

Para nuestro infortunio, este no fue el único estudiante que rayó un muro sin saber el significado de lo que escribía. En Palacé con la Primera de Mayo, otro estudiante encapuchado se montó a un edificio para escribir “La educación pública es un derecho, no una limosna”; frase totalmente cierta, justa y valedera. Lo malo es que esta persona no sabía dónde poner la tilde en ‘pública’ y otros compañeros le tuvieron que recordar, entre risas, la tilde de ‘educación’, la misma que defienden con arengas y que parece que le falta a quien rayó en un muro las siguientes palabras: “(…)Albaro Uribe”, con la B de Burro y de Bestia, en vez de utilizar la V de Vaca, Vituperio o porque no, de Vélez.

Claro que también deben existir los estudiantes que hacen lo que hacen y están donde están por decisión, razonamiento propio. Afortunadamente, dentro de los protestantes, hay quienes conocen el real funcionamiento de las cosas que critican y es esa sabiduría y ese conocimiento los que les dan la propiedad para oponerse.

Ojalá que ellos puedan notar que lo que nos hace falta es unidad y respeto por nosotros mismos. Y es que si salimos a marchar en contra de la estigmatización que se le hace a la universidad pública no hay porqué defender a Fidel ni proclamar a Chávez. Si salimos a mostrar nuestro inconformismo frente a la imagen que se nos tiene, hay que cantar por eso no por el anarquismo ni el comunismo.

Digámosle a la ciudadanía por qué marchamos y repartamos más volantes para que se informen no para promover una idea en contra del capitalismo. No usemos estos espacios para hacerle propaganda a una idea política, unámonos bajo el verdadero propósito que haya justificado la decisión de salir a protestar, en este caso debimos haber caminado, corrido y saltado por la UNIVERSIDAD, no por las FARC ni por la posible democracia existente.


Por Maria Clara Calle Aguirre.
__________________________________________________________

Situación irónica: Mientras un hombre se partía la voz en plena Oriental y hacía un esfuerzo con su garganta hasta desgastarla para explicarle a la gente el porqué de nuestra movilización,
en la parte trasera de la marcha, algunos estudiantes vociferaban arengas sin dejar que la voz del hombre se propagara, como debió haber sucedido. En el momento en el que unos callaban a los otros, se vieron unas llamaradas que hacían arder la bandera de EEUU. Todo sucedió mientras aquel hombre se desgastaba para educar al pueblo , para y por el cual la Universidad pública existe.

1 comentario:

Juan David dijo...

hay muchacha. que periodistas estos que no saben sino criticar ome. mentiras, esta bueno el texto y haces buenas consideraciones, como diría Juan Diego, de ahí puede partir un buen trabajo final, y es en serio, además empezarías a sentir que es ser perseguido, en este caso por nuestro honorable movimiento estudiantil. Adelante presidente!! jejeje