viernes, 15 de mayo de 2009

El tic-tac… ¡Corre!

Una o, de orden tiene dentro una cruz, la imagen del suplicio, que al norte dice 12, al oriente 3, al sur 6 y al occidente 9. Del 1 al 12 dos flechas, una más larga que la otra, recorren la o repetidamente, de norte a sur pasando por la derecha primero y de sur a norte por el izquierda después...

Y así lo he visto desde que tengo uso de razón. Parece siempre el mismo orden, parece cotidiano y sin duda lo es; complicado es cuando comienza a ser el referente de la productividad, cuando es el límite de la conversación con éste y aquél o la medida de disponibilidad.

¿Cuánto tiempo leíste hoy?, ¿trabajaste hasta qué hora?, ¿a qué hora te tenés que ir?, ¿hay tiempo hoy para mí?

El señor tiempo con sus 24 señoras horas llenas de sus 3.600 hijitos, llamados segundos; es un dictador totalitario. Dicta el compás de todos los hombres en cualquier espacio, marca el ritmo de las relaciones laborales, académicas, escolares, familiares, personales y sexuales.

Todos vivimos con la preocupación de mirar el ovalo, con o de orden, compulsivamente; pero por ser todos, no parecemos enfermos.

Ojalá cambiará la medida del tiempo. -Hoy estuve sentada viendo el atardecer hasta que vi la primera estrella; luego de haber caminado como si hubiera recorrido veinte cuadras en triciclo llegue a casa a ver a mi amor, y estuvimos juntos hasta que la mariposa del jardín murió-.

Qué bueno sería un día de respiro del orden dictador, un día de contemplar el paso de la gente, de las nubes y las bicicletas. Un solo día sin afán de ser mejor que alguien, sin la necesidad de competir. Respirar, gritar que estamos cansados del ritmo de la productividad. Sentarnos para descansar del corre corre del reloj.

Andrea Arango Gutiérrez.

3 comentarios:

Maria Clara Calle Aguirre dijo...

WOW...Merooooo. ¿Sabés qué? Las medidas de tiempo son diferentes en Sapzurro. Ahí las cosas se miden por una paleta de Chila, una ida a Panamá, dos veces en el mar y por las estrellas que se ven pasar mirando el cielo desde el puerto.
Me gustó mucho MUCHO

Anónimo dijo...

HUY ANDRE.. MEDIA CUADRA EN TRICICLO... OHHH!! JAJAJJ... Enanis muy vacano

Anónimo dijo...

¿Y adónde nos encaminamos? ¿Es que queremos cruzar el mar? ¿Adónde nos arrastra este poderoso afán que anteponemos a cualquier goce? ¿Por qué precisamente en esta dirección hacia allí donde hasta ahora se han puesto todos los soles de la humanidad? ¿Se dirá acaso algún día que también nosotros, tomando rumbo al oeste esperábamos llegar a una India, pero que nos tocó naufragar en lo infinito?; ¿O no, hermanos míos?

Federico Nitzsche....

¿Adónde nos arrastra este poderoso afán que anteponemos a cualquier goce?
Me pusiste a pensar ole!!