sábado, 11 de julio de 2009

La complejidad de lo diverso

Por María Clara Calle.

Una tarde de un día cualquiera, no hace mucho tiempo, mi abuela me dijo: "Mijita, serví pa' algo antes de que te murás. ¿Sí?".

Dentro de mis divagaciones, estaba la posibilidad de que varias personas de diferentes lugares tuvieran distintos significados de esta frase, con la que mi abuela me decía "hacé algo".

Fue entonces cuando me puse a pensar en cuán compleja es la palabra diversidad, esa que curiosamente viene en singular. Claro que antes de que mi abuela me dijera lo que me dijo, había leído un ensayo de Ángel Lunático (Cómo Cocinar un Muchacho) que fue el que verdaderamente me dejó con los pensamientos que hoy les muestro.

Siguiendo con la palabra diversidad, encontré que el Diccionario Larousse la define como 'variedad, abundancia de cosas distintas'. La Real Academia Española dice lo mismo sólo que pone más significados: desemejanza, diferencia, abundancia, gran cantidad de varias cosas distintas.

Si en una hoja de Microsoft Office Word escriben DIVERSIDAD y dan clic derecho sobre ésta y buscan 'Sinónimos'; después de unas cuantas palabras, aparecerá 'complejidad', 'sinfín', 'novedad' y 'amenidad'. Curiosa ramificación.

¿Por qué los humanos nos esmeramos tanto en encajar las cosas en una sola casilla? ¿Acaso algo no puede ir en varios cajones? Esa tendencia a clasificar, a dividir, a condicionar todo. Nada puede ser gris, todo tiene que ser blanco o negro, se está en el sur o en el norte, se es judío o cristiano, hombre o mujer, ilustrado o jumento. ¿Acaso uno no puede ser de todo un poco?

Este vicio de encasillar y de intentar poner todo en cortas palabras alcanza todas las facetas. La mayoría del tiempo me preguntan sobre mi posición política, intentando clasificar si soy uribista o del Polo, reeleccionista o antirreeleccionista, fascista o anarquista. La próxima vez que me pregunten por mi posición voy a decir 69.

Las cosas pueden ser inclasificables, innombrables, insoldables, indescifrables y no por eso se inmorales, impúdicas o inconvenientes.

La palabra DIVERSIDAD puede significar variedad, desemejanza, diferencia, divergencia, pluralidad, multiplicidad o también puede significar todo a la vez.

Dentro de esa necesidad de los seres humanos por definir algo y dividirlo hasta hacer que pierda su esencia, hemos llegado al extremo de encasillar y de condicionar, incluso, hasta la palabra diversidad: diversidad social, diversidad de lenguas, diversidad religiosa, diversidad étnica, diversidad cultural, diversidad sexual, diversidad de pensamiento.

Ojalá que algún día pasara con estas clases de encasillamiento lo que pasó con la definición de razas. Antes se hablaba de mestizo, negro, zambo, mulato, criollo o blanco. Después, cuando unos hicieron el amor con otros o cuando las mujeres fueron violadas por otra persona que tenía diferente raza, empezaron a surgir toda clase de combinaciones, hasta el punto de no poder definirlas.

Quizá algún día todas las cosas se empiecen a reproducir y a tener tantas raíces, tantas diferencias, tantos pensamientos y tanta divergencia que no haya la cantidad de frascos suficientes para contenerlas. Ojalá que se acaben las palabras para definir las reproducciones y que no haya intensión de clasificar, de dividir, de separar o de encasillar, sino que se tenga la intensión de comprender la palabra DIVERSIDAD.

Hasta que ese momento llegue, le haré caso a mi abuela y seguiré pensando en la palabra diversidad para ver si sirve (o si sirvo) de algo.

2 comentarios:

Julio C. Londoño A. dijo...

Jajaja '69' eso está muy raro, Clara. Muy muy raro. Que viva la diversidad que debería ser un plural, es cierto.

Lucas Vargas Sierra dijo...

Me robaré vilmente el tiro del 69, de ahora en adelante será también mi posición... con un poco de suerte, claro está.

"No decís más que palabras, es tan falso hablar, es una manera tan pobre de olvidar" F. Pessoa

O esta otra, de Cortázar:

"Y así el deber, lo moral, lo inmoral y lo amoral, la justicia, la caridad, lo europeo y lo americano, el día y la noche, las esposas, las novias y las amigas, el ejército y la banca, la bandera y el oro yanqui o moscovita, el arte abstracto y la batalla de Caseros pasaban a ser como dientes o pelos, algo aceptado y fatalmente incorporado, algo que no se vive ni se analiza porque es así y nos integra, completa y robustece."

Lo mejor es que Cortázar después de esa cita (que es una reflexión de Oliveira en Rayuela) escribe, como parte del monólogo del personaje:

"No saques a relucir a las perras negras, a las palabras, no lo hagas, no hagamos literatura".

Entender sin el lenguaje... eso es jodido, después de todo letras somos y en letras nos convertiremos. Los recuerdos son historias de boca en boca, letras al fin y al cabo...

¡Que cosa jodida señorita Maria Clara completamente de Valencia (y escribo señorita Maria Clara completamente de Valencia sabiendo que en ese epíteto hay al menos una mentira)! ¡Que cosa tan jodida es el lenguaje!

Un abrazo palabrístico