viernes, 5 de diciembre de 2008

La hora de la modorra

Hay un dicho que dice: "La pereza es la madre de todos los vicios". Yo agregaría "y la culpable de muchos males". O ¿quién no ha perdido un examen por la pereza de estudiar? ¿Quién no se ha ganado un regaño por pereza de hacer alguna 'vuelta' o mandado que llaman? ¿Quién ha desperdiciado toda una tarde, teniendo mil cosas por hacer, por que tiene pereza de levantarse de la cama? Estos son unos ejemplos tontos, comunes y con poca trascendencia en comparación con las tragedias políticas que ha ocasionado 'la madre' aquella a lo largo y ancho del planeta.

Por la pereza de pensar, de analizar y de actuar se permite que cualquier persona, con cierta cantidad de poder, maneje los derechos de la humanidad a su antojo y beneficio, como los 27 militares destituidos unos días atrás. Por tener el cerebro dormido y aperezado, muchas personas ni siquiera se preguntan por qué los medios nunca hablaron mal de la administración de Fajardo, por ejemplo. ¿Así de perfecta sería o es que acaso el inmaculado corazón de María estaba a su lado defendiéndolo de toda crítica?

Aunque en algunas ocasiones los sucesos se muestran crudamente ante los ojos de las personas, algunas de ellas se quedan observando, esperando que alguien haga algo. La pereza de pensar que tienen la mayoría de los sujetos se traduce en la inexistencia de la conciencia social, cuando a duras penas se intenta hacer algo para sí mismo. Aquella conciencia es entender y aceptar que hay alguien más alrededor a quien se debe respetar; que no se está solo en el mundo y que, por lo tanto, no se puede hacer lo que venga en gana. Mejor dicho, en palabras más sencillas para los perezosos, la conciencia social está muy ligada a la frase que dice "Mi libertad llega hasta donde empieza la de los demás".

El más claro ejemplo, es que gracias a las personas que apoyaron el cese de actividades en la universidad, por pereza de estudiar, y por los que estaban interesados en retornar a la normalidad académica, pero que no fueron a votar por pereza de ir, escribí acerca de la pereza, en vez de estar haciendo artículos de verdad, leyendo periódicos o intentando organizar investigaciones, como debería hacerlo si estuviera estudiando. Claro, aunque eso no me quita lo de perezosa.

La pereza, experimentalmente hablando, es un problema social que afecta a todos los sujetos: perezosos o activos, analíticos u obedientes, rebeldes o sumisos. Más que a la pereza dominguera -que se le rinde culto en el Día de la pereza-, me refiero al sopor mental que hace que las personas no se interesen por saber cómo se maneja su platica, por ejemplo, siempre y cuando tengan con qué comer.

Por Maria Clara Calle.

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