viernes, 6 de febrero de 2009

¿Estamos en una dictadura?

Este sistema de soborno requiere
sustraerse a la publicidad para que
pueda prosperar. Por eso se esconde tras
el transparente velo del secreto

Kant

El Estado Moderno de Derecho, está constituido sobre cuatro pilares fundamentales. El Estado protege la vida (Hobbes) y la propiedad de todos los ciudadanos (Locke); las libertades civiles por medio de la división del poder en legislativo ejecutivo y judicial (Montesquieu), y las libertades políticas en donde el pueblo es el soberano, ya que el poder y la legitimidad del Estado emanan de él. Y el Estado debe respetar y cuidar de la expresión política de los ciudadanos, más aún si es en oposición (Rousseau)[1].

De la división de poderes y de las garantías para la oposición depende la democracia, y los gobiernos antidemocráticos o no democráticos pueden ser despotismo, absolutismo, tiranía, autoritarismo, totalitarismo o dictadura.

Las características de una dictadura son: la no división de poderes, es decir, la concentración ilimitada del poder, en dónde el mandatario está por encima de la ley y por ende no se ve regido ni controlado por esta, ya que puede hacer da la ley su voluntad. A causa de cambios en la condiciones de la sociedad, el pueblo se puede ver impulsado a la participación política y en los candidatos pueden encontrar un hombre salvador de sus circunstancias, que acaba con todos los males, lo que causa la adhesión del pueblo al gobernante, y a su vez legitima el uso total del poder, es decir, cuenta con legitimidad por encarnar cualidades excepcionales, que sólo él tiene, entonces nadie lo podrá reemplazar.[2]

En Colombia con el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, se dan las circunstancias anteriores; una lucha armada guerrillera desgastada por los intentos fallidos de negociación y un pueblo desangrado y desterrado, que ante la candidatura de un hombre carismático, el de mayor popularidad en los últimos 50 años[3], con el plan conciso de darle fin al conflicto, logra altos niveles de popularidad que le permiten ganar la presidencia, modificar la constitución y obtener su reelección, además, convocar a sesiones extraordinarias en el congreso, (hasta altas horas en la madrugada) con el fin de hacer realidad una segunda reelección.

El poder legislativo, de mayorías uribistas y el ejecutivo encabezado por el mismo Uribe, se había visto regulado por el judicial; que logró conservar su independencia a pesar de los fuertes choques. Pero finalizando el año pasado y comenzando éste, es cada vez más evidente la simpatía de los nuevos fiscales, magistrados y jueces con el gobierno.

Las minorías inconformes con los atropellos a la democracia, protestan constantemente para pedir reivindicaciones, pero el descalificativo de guerrilleros acaba con la legitimidad de sus exigencias. Y el caso de la investigación a Gustavo Petro por el DAS, es una muestra del irrespeto a la oposición.

Sin división de poderes, con modificaciones en la constitución y sin respeto a las minorías ni garantías a la oposición; es evidente que no estamos en una democracia. Pero una dictadura además suele conseguirse por medio de acciones de hecho, un golpe de estado es un ejemplo. Y en el caso colombiano no aplica, ya que Uribe ha conseguido permanecer en el poder con aprobación popular y llego a el por medio de elecciones.

Andrea Arango Gutiérrez

[1] ARANGO, Iván Darío (2007, agosto) curso Introducción a la filosofía política en Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.
[2] STOPPINO, Mario. “Dictadura” en Diccionario de Política. México: Siglo Veintiuno Editores. Tomo I p. 492-504.
[3] EDITORES, Semana. “Uribe la esta embarrando”. En: SEMANA No. 1390-1391; p.58

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