viernes, 21 de noviembre de 2008

¿Globalización? ¡No gracias!


Las instituciones no crearon al pueblo, fue el pueblo quien las creó y basta el pueblo para cambiarlas cuando no funcionan.

Vivimos en un mundo globalizado, con un proyecto neoliberal implantado en cada país; en donde la relación Estado–ciudadano es reemplazada por la de mercado-ciudadano, o mejor, mercado –consumidor; se despolitiza la sociedad civil y hay una posibilidad de participar, votar cada cuatro años; nos encontramos en una lógica de democracia representativa, de malos manejos de los recursos, corrupción y captura del Estado, de lo público, por los intereses particulares.

Ya no, cada ciudadano, sino, cada individuo debe apoyar el libre mercado, en pro de la modernización del país. Y tanto a los empresarios como a la población civil les corresponde la responsabilidad social, la solidaridad y la caridad; para socorrer a los que el Estado ausente ya no puede, porque se achico para agrandar empresas, pues ellas generarán más empleo y sabrán dinamizar mejor el mercado; entran de otros países, a explotar y dinamizar, a dar empleo y mejorar la calidad de vida. Pero ¿qué tipo de empleo generan? Desaparece toda posibilidad de Estado de bienestar, las condiciones de vida dignas para toda la población, que eran deber del estado y derecho del ciudadano, ya son caridad de la empresa privada.


Y personas que viven en condiciones precarias, indignas. Porque falló la maravillosa solución de las empresas redentoras; no tienen tiempo de politizarse. Dice Raymond Aron en ensayo sobre las libertades exponiendo una tesis de Marx que“…la política está separada de la vida cotidiana concreta de todos y cada uno porque el propio trabajo se halla alienado, porque la propiedad privada de los instrumentos de producción convierte al obrero en esclavo de un patrono y al mismo patrono en un esclavo de las cosas, de las mercancías, del mercado” El afán de sobrevivir, el día a día que apremia, no deja formas de protestar, actuar, reunirse y formar acciones colectivas que dignifiquen las condiciones de vida. No se hace posible la democracia deliberativa, participativa, plural, renovadora.
Andrea Arango Gutiérrez.

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